Cuento 6 La amistad entre el oso y el conejo" Había una vez un pequeño oso llamado Benito que vivía en un bosque rodeado de molinos de viento. Benito era un oso amigable y curioso, siempre buscando aventuras. Un día, mientras exploraba cerca de los molinos, se encontró con un conejo llamado Lucas. Lucas era un conejo tímido pero amable, y se sorprendió al ver a un oso tan cerca. Sin embargo, Benito sonrió y le dijo que no tenía nada que temer. Los dos comenzaron a hablar y descubrieron que tenían mucho en común. Ambos compartían un amor por la naturaleza y estaban interesados en explorar el bosque juntos. A lo largo de los días, Benito y Lucas se hicieron inseparables. Juntos, exploraron los molinos de viento, saltaron sobre los campos llenos de flores y se divirtieron escalando árboles. Aprendieron a entenderse y a apoyarse mutuamente. Un día, mientras jugaban cerca de un río, escucharon un ruido fuerte proveniente del bosque. Se asomaron entre los árboles y vieron a un jabalí furioso. El jabalí estaba enfadado porque había perdido su camino de regreso a su hogar y se sentía perdido. Benito y Lucas sabían que tenían que ayudar al jabalí. Benito usó su fuerza para mover algunas ramas y crear un camino claro para el jabalí, mientras que Lucas le indicaba el camino correcto para volver a casa. El jabalí estaba tan agradecido por su ayuda que les prometió devolver el favor algún día. Desde ese momento, los tres se convirtieron en amigos inseparables. Benito, Lucas y el jabalí exploraron el bosque juntos, enfrentando desafíos y disfrutando de la compañía mutua. Cuento 7 El lobo y el molino mágico" Había una vez un lobo llamado Max que vivía en lo profundo del bosque, cerca de un antiguo molino abandonado. A diferencia de otros lobos, Max no era feroz ni temible. Tenía un corazón amable y siempre estaba buscando aventuras emocionantes. Un día, mientras Max merodeaba cerca del molino, escuchó un extraño susurro proveniente de su interior. Intrigado, entró en el molino y descubrió un molino mágico. Cada vez que soplaba el viento, las aspas giraban y emitían un brillo misterioso. Max se dio cuenta de que este molino tenía un poder especial. Cuando sopló sobre el molino, un montón de deliciosos pasteles y panes salieron volando de las aspas. Max no podía creer su suerte y comenzó a disfrutar de los manjares que caían del cielo. Sin embargo, su festín fue interrumpido por un grupo de conejos hambrientos. Los conejos, que vivían cerca del molino, habían visto la magia de los pasteles y querían probarlos también. Max, a pesar de su instinto de lobo, decidió compartir su comida con ellos. A medida que pasaba el tiempo, Max y los conejos se hicieron amigos inseparables. Juntos, disfrutaron de los pasteles mágicos y exploraron el bosque en busca de nuevas aventuras. Max también compartió su descubrimiento con otros animales del bosque, como los osos y los jabalíes, creando una comunidad unida y feliz. Sin embargo, un día, una manada de lobos feroces llegó al bosque. Estos lobos no podían entender por qué Max se llevaba tan bien con otros animales y decidieron desafiarlo. Max intentó explicarles que no todo se trataba de ser fuerte y feroz, sino de compartir y cuidar a los demás. Los lobos no quisieron escuchar y atacaron al molino mágico, tratando de destruirlo. Pero la magia del molino protegió a Max y a sus amigos. Un fuerte viento comenzó a soplar, y las aspas del molino giraron rápidamente, creando una barrera impenetrable. Los lobos, asustados y derrotados, se dieron cuenta de que estaban equivocados. Maxtenía razón, y decidieron unirse a la comunidad pacífica del bosque. A partir de ese día, los lobos, los osos, los conejos, los jabalíes y Max vivieron en armonía, compartiendo la magia del molino y demostrando que la amistad y la generosidad son más valiosas que la fuerza y la ferocidad.José Pardal
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