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UN "GRACIAS" NO ALCANZA

A diario son muchas las cosas que damos por sentado. Nos sentimos tan seguros de que no vamos a perder lo que somos y tenemos, que vamos despreciando de manera inconsciente o consciente aquello que es en realidad un privilegio.

Es un privilegio inmenso respirar, comer, andar, tener este móvil a través del cual recibo este mensaje, los amigos, la familia… ABSOLUTAMENTE TODO ES UN INMENSISIMO PRIVILEGIO

Pero nos parece que no, y podemos decir de boca que si, que si es un privilegio y repetir mil veces gracias, pero con esa misma boca con la que podemos decir gracias, con esa misma boca nos damos el permiso de señalar las faltas en el otro, en el político de turno, en nuestro familiar, en nuestros amigos, en el amante que nos traicionó, en el competidor que nos supera… Son muchas las excusas que tenemos para el uso inadecuado del gran privilegio de habla.

Y sucede con todo, podemos examinar nuestra relación con la comida por ejemplo, muchas veces nos sentimos con la licencia de dejar restos en el plato y luego botarlos a la basura. Y cuando hablamos de licencia nos referimos al hecho de suponer que no habrán consecuencias por nuestros actos, de que no quedamos en deuda con la naturaleza.

Y esto sucede porque pensamos que decir “gracias” es suficiente, pero no, NO ES PARA NADA SUFICIENTE.

Pensamos que podemos darnos la licencia de ir por la vida exigiendo, exigiéndole a los demás que se comporten como nosotros creemos que deben comportarse. Exigiéndole al clima que sea como nosotros queramos y se ajuste a nuestro paseo de domingo. Exigiéndoles a los otros y siendo al máximo comprensivos con nuestros defectos (cuando debería ser al contrario).

Solemos ser muy condescendientes con nuestras actitudes inconscientes y dañinas, pensando que “no pasa nada”, que de todas formas “tenemos la razón”.

Pasa que vivir *agradecidos* por lo agradable y *quejándonos* por lo desagradable es un CONTRASENTIDO.

Si nuestra gratitud depende del placer y el confort que sintamos estaríamos hablando de una _gratitud mediocre_, pues la verdadera gratitud proviene del sentimiento de ser benefactores de la naturaleza y la posición del benefactor es la de recibir sin derecho a reclamaciones pues se le está dando sin merecer.

¿Acaso nosotros podemos controlar el ritmo cardíaco, acaso nosotros podemos hacer que la sangre circule o deje de circular por nuestro cuerpo, acaso nosotros podemos decirle al aire que continúe alimentando el cuerpo una vez que nos ha llegado la hora de morir?

TODO LO QUE TENEMOS ES UN PRESTAMO, incluso el enemigo es un préstamo para que aprendamos acerca del amor incondicional, incluso la pobreza misma es un prestamo para que desarrollemos grandes virtudes y fortaleza en el carácter.
TODO ES UN PRESTAMO

Entonces ¿Por qué ser tacaños y selectivos a la hora de agradecer?

AGRADECELO TODO
Pronto dejarás de tener eso que ahora tienes, todo lo perderás, suena duro pero no debemos escondernos de la verdad sino permitir que esa verdad que nos incomoda sea la misma que nos eleve a los más altos confines de nuestra humanidad y nos abra las puertas de nuestro corazón espiritual.