El desconocido origen de Opel antes de triunfar con los automóviles
Sep 19, 2022 ·
9m 43s
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160 años han pasado desde la fundación de Opel. La compañía alemana fue una de las pioneras en Europa en el sector automovilístico y sigue siendo, a día de hoy,...
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160 años han pasado desde la fundación de Opel. La compañía alemana fue una de las pioneras en Europa en el sector automovilístico y sigue siendo, a día de hoy, una de las referentes dentro de la industria. Sin embargo, el camino hasta aquí no ha sido fácil y viene marcado por unos orígenes poco conocidos en un negocio que se aleja bastante al del mercado del coche.
Es imposible entender el éxito de Opel sin remontarnos a sus comienzos. La historia de la empresa germana empieza a finales de agosto de 1862, cuando su fundador, Adam Opel, decide montar su primera máquina de coser en un taller ubicado en Rüsselsheim, una localidad próxima a Frankfurt. Adam Opel nació en 1937 y era el hijo mayor de un maestro cerrajero. En su juventud, aprendió el oficio de su padre como fabricante de candados y, aunque parecía destinado a tomar el relevo de su progenitor al frente del negocio familiar, finalmente decidió tomar otro camino.
Su gran sueño era conocer París y, tras un viaje europeo por Lieja, Bruselas y Londres, llegó a su ansiado destino. En la capital francesa, Adam Opel descubre una gran innovación tecnológica de la época: la máquina de coser. El joven quedó fascinado por el invento y decidió entrar de lleno en este mercado. A finales del verano de 1862, Opel regresó a su ciudad natal, Rüsselsheim, para montar su propio taller de máquinas de coser.
La demanda aumentó y la pequeña compañía tuvo que aumentar rápidamente la producción con un Adam Opel que se adaptaba a los deseos personales de cada cliente. Así, creó máquinas de coser que fueron diseñadas pensando en las necesidades concretas de cada uno de ellos. El éxito provocó que el taller se les quedase pequeño y decidieran trasladarse a una nueva fábrica. Enseguida, la empresa se convirtió en uno de los mayores fabricantes de máquinas de coser en Alemania y era uno de los principales exportadores de toda Europa.
La ambición de Adam Opel no tuvo frenos y en 1886 decidió ir a por su siguiente objetivo: ampliar su negocio al mundo de los vehículos, en primer lugar, introduciéndose en el sector de las bicicletas. En Rüsselsheim creó su primer velocípedo, lo que hizo que Opel fuese uno de los primeros fabricantes de bicicletas de toda Alemania.
De las bicicletas pasó a los triciclos y las llamadas “bicicletas de seguridad” o “con ruedas bajas” y en 1888, inauguró el primer edificio de la compañía reservado exclusivamente a la producción de bicicletas. Opel decidió implementar las tecnologías más modernas y, poco a poco, aplicó innovaciones a sus bicicletas, como las ruedas con neumáticos, los rodamientos de bolas y los bujes de cuerpo libre, entre otras. El éxito de la empresa teutona fue inminente y se prolongó durante décadas. En los años 20, Opel era el mayor fabricante de bicicletas de todo el mundo.
El salto a la industria del coche se produjo a finales del siglo XIX. Adam Opel muere en septiembre de 1895 y, tras su fallecimiento, son sus cinco hijos los que deciden dar el paso decisivo en el devenir de la historia de la entidad. En 1899, deciden lanzarse a la producción de automóviles. El primer modelo que lanzaron fue el Opel Patent Motor Car, System Lutzmann y en 1906 se había construido ya la unidad número 1.000 del vehículo. El gran avance llegó en 1909 con el mítico 4/8 CV Doktorwagen. Su precio era de 3.950 marcos, unos 60.000 euros actuales, la mitad del valor de sus rivales en el mercado. Esto propició que más gente pudiera tener su propio coche.
En ese momento, Opel decide aplicar un método a nivel empresarial que marcaría un antes y un después, tanto en la industria en la que trabajaban como en otras dedicadas a negocios muy diferentes: la cadena de montaje. El primer coche que salió al mercado utilizando la cadena de montaje fue, en 1924, el 4/12 CV Laubfrosch. Pocos modelos después, el coche se había convertido ya en un medio de transporte fiable para muchos ciudadanos. Los precios seguían descendiendo y cada vez más gente podía acceder a este producto.
Pero no todo fueron buenas noticias. En 1923, la familia Opel tuvo que cerrar de forma temporal su fábrica debido a la crisis económica que se estaba viviendo. Dos de los hermanos Opel decidieron entonces viajar a Estados Unidos, país del que regresaron con nuevos métodos de ensamblaje que ya estaba aplicando la norteamericana Ford. En 1928, la empresa salió a bolsa con el nombre de Adam Opel AG y, un año después, el gigante americano General Motors decidió comprar el 80% de la propiedad. Tres años después, este porcentaje fue ampliado hasta el 100%.
Esto supone un punto de inflexión en el rumbo de la firma, que desde entonces, y hasta 2017, perteneció a la entidad automovilística estadounidense. A partir de aquel momento, modelos de Opel se fueron produciendo en diferentes puntos de Europa. En España, por ejemplo, sucede desde el año 1982, momento en el que se empezó a ensamblar el Opel Corsa en la fábrica zaragozana de Figueruelas. Este modelo se convirtió en un superventas en un éxito que llega hasta la actualidad, cuando se está trabajando en su sexta generación.
En el año 2017, Opel rompió su relación de 88 años con General Motors y pasó a integrarse dentro del Grupo PSA, que integraba a hasta entonces rivales, como Peugeot o Citroen. No duró mucho esta nueva andadura, ya que solo dos años después, en octubre de 2019, el Grupo PSA anunció su fusión con Fiat Chrysler Automobiles en un acuerdo que se acabaría rubricando en diciembre de ese mismo año. Finalmente, el 16 de julio de 2020, ambas marcas desvelaron el nuevo nombre del grupo, que fue bautizado como Stellantis.
A pesar de todos los cambios, Opel ha seguido ofreciendo a sus clientes innovaciones, siempre ligadas a la emoción y a la tradición. El fabricante ha mantenido esta filosofía hasta nuestros días, donde triunfan con éxitos de ventas con modelos como el Astra, el Mokka o el mencionado Corsa, que este 2022 celebra su 40 aniversario.
Todo ello, con un nuevo hito en el horizonte: Si a comienzos del siglo XX Opel fue pionera en la introducción de la tecnología de cadena de montaje, la compañía ha decidido apostar ahora por convertirse en una marca de movilidad sostenible que apostará por completo por vehículos 100% eléctricos en Europa a partir del año 2028. Sin duda, un reto con el que prolongar aquellos deseos de Opel de ir siempre a la vanguardia, siempre un paso por delante.
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Es imposible entender el éxito de Opel sin remontarnos a sus comienzos. La historia de la empresa germana empieza a finales de agosto de 1862, cuando su fundador, Adam Opel, decide montar su primera máquina de coser en un taller ubicado en Rüsselsheim, una localidad próxima a Frankfurt. Adam Opel nació en 1937 y era el hijo mayor de un maestro cerrajero. En su juventud, aprendió el oficio de su padre como fabricante de candados y, aunque parecía destinado a tomar el relevo de su progenitor al frente del negocio familiar, finalmente decidió tomar otro camino.
Su gran sueño era conocer París y, tras un viaje europeo por Lieja, Bruselas y Londres, llegó a su ansiado destino. En la capital francesa, Adam Opel descubre una gran innovación tecnológica de la época: la máquina de coser. El joven quedó fascinado por el invento y decidió entrar de lleno en este mercado. A finales del verano de 1862, Opel regresó a su ciudad natal, Rüsselsheim, para montar su propio taller de máquinas de coser.
La demanda aumentó y la pequeña compañía tuvo que aumentar rápidamente la producción con un Adam Opel que se adaptaba a los deseos personales de cada cliente. Así, creó máquinas de coser que fueron diseñadas pensando en las necesidades concretas de cada uno de ellos. El éxito provocó que el taller se les quedase pequeño y decidieran trasladarse a una nueva fábrica. Enseguida, la empresa se convirtió en uno de los mayores fabricantes de máquinas de coser en Alemania y era uno de los principales exportadores de toda Europa.
La ambición de Adam Opel no tuvo frenos y en 1886 decidió ir a por su siguiente objetivo: ampliar su negocio al mundo de los vehículos, en primer lugar, introduciéndose en el sector de las bicicletas. En Rüsselsheim creó su primer velocípedo, lo que hizo que Opel fuese uno de los primeros fabricantes de bicicletas de toda Alemania.
De las bicicletas pasó a los triciclos y las llamadas “bicicletas de seguridad” o “con ruedas bajas” y en 1888, inauguró el primer edificio de la compañía reservado exclusivamente a la producción de bicicletas. Opel decidió implementar las tecnologías más modernas y, poco a poco, aplicó innovaciones a sus bicicletas, como las ruedas con neumáticos, los rodamientos de bolas y los bujes de cuerpo libre, entre otras. El éxito de la empresa teutona fue inminente y se prolongó durante décadas. En los años 20, Opel era el mayor fabricante de bicicletas de todo el mundo.
El salto a la industria del coche se produjo a finales del siglo XIX. Adam Opel muere en septiembre de 1895 y, tras su fallecimiento, son sus cinco hijos los que deciden dar el paso decisivo en el devenir de la historia de la entidad. En 1899, deciden lanzarse a la producción de automóviles. El primer modelo que lanzaron fue el Opel Patent Motor Car, System Lutzmann y en 1906 se había construido ya la unidad número 1.000 del vehículo. El gran avance llegó en 1909 con el mítico 4/8 CV Doktorwagen. Su precio era de 3.950 marcos, unos 60.000 euros actuales, la mitad del valor de sus rivales en el mercado. Esto propició que más gente pudiera tener su propio coche.
En ese momento, Opel decide aplicar un método a nivel empresarial que marcaría un antes y un después, tanto en la industria en la que trabajaban como en otras dedicadas a negocios muy diferentes: la cadena de montaje. El primer coche que salió al mercado utilizando la cadena de montaje fue, en 1924, el 4/12 CV Laubfrosch. Pocos modelos después, el coche se había convertido ya en un medio de transporte fiable para muchos ciudadanos. Los precios seguían descendiendo y cada vez más gente podía acceder a este producto.
Pero no todo fueron buenas noticias. En 1923, la familia Opel tuvo que cerrar de forma temporal su fábrica debido a la crisis económica que se estaba viviendo. Dos de los hermanos Opel decidieron entonces viajar a Estados Unidos, país del que regresaron con nuevos métodos de ensamblaje que ya estaba aplicando la norteamericana Ford. En 1928, la empresa salió a bolsa con el nombre de Adam Opel AG y, un año después, el gigante americano General Motors decidió comprar el 80% de la propiedad. Tres años después, este porcentaje fue ampliado hasta el 100%.
Esto supone un punto de inflexión en el rumbo de la firma, que desde entonces, y hasta 2017, perteneció a la entidad automovilística estadounidense. A partir de aquel momento, modelos de Opel se fueron produciendo en diferentes puntos de Europa. En España, por ejemplo, sucede desde el año 1982, momento en el que se empezó a ensamblar el Opel Corsa en la fábrica zaragozana de Figueruelas. Este modelo se convirtió en un superventas en un éxito que llega hasta la actualidad, cuando se está trabajando en su sexta generación.
En el año 2017, Opel rompió su relación de 88 años con General Motors y pasó a integrarse dentro del Grupo PSA, que integraba a hasta entonces rivales, como Peugeot o Citroen. No duró mucho esta nueva andadura, ya que solo dos años después, en octubre de 2019, el Grupo PSA anunció su fusión con Fiat Chrysler Automobiles en un acuerdo que se acabaría rubricando en diciembre de ese mismo año. Finalmente, el 16 de julio de 2020, ambas marcas desvelaron el nuevo nombre del grupo, que fue bautizado como Stellantis.
A pesar de todos los cambios, Opel ha seguido ofreciendo a sus clientes innovaciones, siempre ligadas a la emoción y a la tradición. El fabricante ha mantenido esta filosofía hasta nuestros días, donde triunfan con éxitos de ventas con modelos como el Astra, el Mokka o el mencionado Corsa, que este 2022 celebra su 40 aniversario.
Todo ello, con un nuevo hito en el horizonte: Si a comienzos del siglo XX Opel fue pionera en la introducción de la tecnología de cadena de montaje, la compañía ha decidido apostar ahora por convertirse en una marca de movilidad sostenible que apostará por completo por vehículos 100% eléctricos en Europa a partir del año 2028. Sin duda, un reto con el que prolongar aquellos deseos de Opel de ir siempre a la vanguardia, siempre un paso por delante.
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Author | elEconomista |
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