El efecto Maradona y los bancos centrales
Nov 29, 2021 ·
6m 40s
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Se ha cumplido un año ya de la muerte de Maradona. Una figura cuya fama e influencia superó a la de casi cualquier otro deportista antes y después. Un tipo...
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Se ha cumplido un año ya de la muerte de Maradona. Una figura cuya fama e influencia superó a la de casi cualquier otro deportista antes y después. Un tipo con una vida plagada de luces y sombras, cuyo legado se mantiene vivo en el recuerdo de los aficionados al fútbol, en el recuerdo de los argentinos, de los napolitanos, de los seguidores de Boca...
Pero el legado del Diez también permanece en la economía. Y no nos referimos a su polémica y conflictiva herencia, sino a su influencia en las políticas monetarias de los bancos centrales. Como lo oyes.
Hay que remontarse al año 2005, cuando Mervyn King, entonces presidente del Banco Central de Inglaterra, utilizó los dos míticos goles de Maradona contra Inglaterra en el Mundial de 1986 para explicar la política monetaria.
El primero, 'la mano de Dios', el gol que debió ser anulado porque el Diez superó a Shilton utilizando su mano. Este tanto, "inesperado y contra las reglas", como recordaba el propio King, se asemeja a la estrategia con la que un banco central se maneja en momentos críticos.
Pero el gol relevante, el que ha pasado a la historia como uno de los mejores, y el que de verdad inspiró al gobernador, es el segundo, aquel en el Maradona regatea a medio equipo de Inglaterra. Así explicaba King cómo fue aquel gol: "Maradona corrió 55 metros desde el interior de su propio campo sobrepasando a cinco jugadores antes de colocar la pelota en el arco inglés. Sin embargo, lo verdaderamente destacable es que Maradona corrió prácticamente en línea recta. ¿Cómo se puede superar a cinco jugadores corriendo en línea recta?, la respuesta es que los defensores ingleses reaccionaron a lo que esperaban que hiciera Maradona".
"Como esperaban que Maradona se moviera a la izquierda o a la derecha, este fue capaz de seguir recto", explicó el exgobernador. La política monetaria funciona de forma similar, aseguró. Las tasas de interés del mercado reaccionan a lo que se espera que haga el banco central. Sin hacer nada, logran que los agentes económicos modifiquen sus decisiones.
Es decir, los bancos centrales pueden influir en la trayectoria de la economía sin ni siquiera tocar las tasas de interés, sin recurrir a las herramientas a su alcance, solo con su comunicación, solo con el lenguaje.
Lo explica el propio King. "Aplicamos el 'efecto Maradona', porque los mercados financieros no esperaban que las tasas de interés se mantuvieran constantes. Esperaban que las tasas subieran o bajaran. Esas expectativas fueron suficientes, en ocasiones, para estabilizar el gasto privado, mientras que las tasas de interés oficiales de hecho se movieron muy poco".
¿Se ha utilizado esta estrategia? Constantemente. Uno de los que más partido le sacó fue Mario Draghi, durante su etapa como presidente del Banco Central Europeo. Nadie como él fue capaz de de utilizar el lenguaje y la comunicación para proteger al euro y a la economía europea. Tal era su habilidad que algunos inversores lo rebautizaron como 'Mariodona'.
Para la historia queda su intervención en 2012, en medio de una tormenta financiera sin precedentes, con las primas de riesgo disparadas, y con dificultades en el acceso a la financiación para España o Italia. "El BCE está listo para hacer lo que sea necesario para preservar el euro. Y créanme, será suficiente". Con esa intervención, con esa frase, Draghi salvó el euro. Puro 'efecto Maradona'.
Pese a todo, esta estrategia tiene sus detractores. Por un lado, hay algunos que exigen a los bancos ser claros y precisos en sus comunicaciones, evitando amagos y regates. Y por otro, y recurriendo a la fábula de 'Pedro y el lobo', hay economistas que advierten que de tanto gritar que viene el lobo habrá un momento en el que nadie se crea a los bancos centrales.
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Pero el legado del Diez también permanece en la economía. Y no nos referimos a su polémica y conflictiva herencia, sino a su influencia en las políticas monetarias de los bancos centrales. Como lo oyes.
Hay que remontarse al año 2005, cuando Mervyn King, entonces presidente del Banco Central de Inglaterra, utilizó los dos míticos goles de Maradona contra Inglaterra en el Mundial de 1986 para explicar la política monetaria.
El primero, 'la mano de Dios', el gol que debió ser anulado porque el Diez superó a Shilton utilizando su mano. Este tanto, "inesperado y contra las reglas", como recordaba el propio King, se asemeja a la estrategia con la que un banco central se maneja en momentos críticos.
Pero el gol relevante, el que ha pasado a la historia como uno de los mejores, y el que de verdad inspiró al gobernador, es el segundo, aquel en el Maradona regatea a medio equipo de Inglaterra. Así explicaba King cómo fue aquel gol: "Maradona corrió 55 metros desde el interior de su propio campo sobrepasando a cinco jugadores antes de colocar la pelota en el arco inglés. Sin embargo, lo verdaderamente destacable es que Maradona corrió prácticamente en línea recta. ¿Cómo se puede superar a cinco jugadores corriendo en línea recta?, la respuesta es que los defensores ingleses reaccionaron a lo que esperaban que hiciera Maradona".
"Como esperaban que Maradona se moviera a la izquierda o a la derecha, este fue capaz de seguir recto", explicó el exgobernador. La política monetaria funciona de forma similar, aseguró. Las tasas de interés del mercado reaccionan a lo que se espera que haga el banco central. Sin hacer nada, logran que los agentes económicos modifiquen sus decisiones.
Es decir, los bancos centrales pueden influir en la trayectoria de la economía sin ni siquiera tocar las tasas de interés, sin recurrir a las herramientas a su alcance, solo con su comunicación, solo con el lenguaje.
Lo explica el propio King. "Aplicamos el 'efecto Maradona', porque los mercados financieros no esperaban que las tasas de interés se mantuvieran constantes. Esperaban que las tasas subieran o bajaran. Esas expectativas fueron suficientes, en ocasiones, para estabilizar el gasto privado, mientras que las tasas de interés oficiales de hecho se movieron muy poco".
¿Se ha utilizado esta estrategia? Constantemente. Uno de los que más partido le sacó fue Mario Draghi, durante su etapa como presidente del Banco Central Europeo. Nadie como él fue capaz de de utilizar el lenguaje y la comunicación para proteger al euro y a la economía europea. Tal era su habilidad que algunos inversores lo rebautizaron como 'Mariodona'.
Para la historia queda su intervención en 2012, en medio de una tormenta financiera sin precedentes, con las primas de riesgo disparadas, y con dificultades en el acceso a la financiación para España o Italia. "El BCE está listo para hacer lo que sea necesario para preservar el euro. Y créanme, será suficiente". Con esa intervención, con esa frase, Draghi salvó el euro. Puro 'efecto Maradona'.
Pese a todo, esta estrategia tiene sus detractores. Por un lado, hay algunos que exigen a los bancos ser claros y precisos en sus comunicaciones, evitando amagos y regates. Y por otro, y recurriendo a la fábula de 'Pedro y el lobo', hay economistas que advierten que de tanto gritar que viene el lobo habrá un momento en el que nadie se crea a los bancos centrales.
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Author | elEconomista |
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