El Hospital Abandonado": En lo profundo de un bosque sombrío, se alzaba un hospital abandonado. Durante décadas, el lugar había permanecido en silencio, sus pasillos oscuros y habitaciones vacías ocultando secretos siniestros. Se decía que el hospital estaba encantado por los espíritus de aquellos que habían sufrido y perecido allí. Un grupo de jóvenes aventureros, atraídos por las historias de fantasmas, decidió explorar el hospital abandonado. Una noche, se reunieron frente a la ominosa estructura, armados con linternas y coraje. Al ingresar al edificio, el aire se volvió pesado y opresivo. Los pasillos eran laberínticos, con paredes desconchadas y puertas oxidadas. A medida que avanzaban, los susurros fantasmales parecían bailar en el viento, enviando escalofríos por sus espaldas. En una sala de espera cubierta de polvo, encontraron un viejo libro de registros. Las páginas amarillentas revelaban las historias trágicas de los pacientes que habían sido olvidados en aquel lugar. Había relatos de tratamientos inhumanos y experimentos macabros, lo que les hizo preguntarse si los espíritus atormentados de los fallecidos aún deambulaban por los pasillos. Mientras continuaban su exploración, las luces parpadeaban misteriosamente y las puertas se cerraban con fuerza detrás de ellos. Sombras inquietantes se deslizaban por las paredes, y extraños murmullos llenaban el aire. Los jóvenes comenzaron a sentir que no estaban solos. De repente, una figura etérea emergió de la oscuridad. Era el espíritu de una enfermera, su rostro desfigurado y ojos vacíos de vida. Con voz angustiada, susurro: "No deberían estar aquí. Este lugar es nuestro eterno tormento". El pánico se apoderó de los aventureros, que intentaron huir, pero cada puerta que encontraban estaba cerrada. Los espíritus del hospital parecían burlarse de ellos, jugando con su miedo y desesperación. Finalmente, en una habitación abandonada, encontraron un viejo diario. En sus páginas, un antiguo doctor reveló su oscuro pacto con fuerzas malignas para obtener poder y conocimiento. Los pacientes fueron sometidos a terribles experimentos, sus almas atadas al hospital para siempre. Con la esperanza de liberar a los espíritus y escapar del hospital maldito, los jóvenes llevaron el diario al centro del edificio y realizaron un ritual de purificación. Las paredes temblaron y los lamentos se intensificaron mientras los espíritus eran liberados de su sufrimiento. Finalmente, las puertas se abrieron y los aventureros huyeron del hospital abandonado, jurando nunca volver a poner un pie en ese lugar maldito. Pero la experiencia los persiguió durante el resto de sus vidas, siempre recordando los terrores que encontraron en aquel hospital embrujado. Desde entonces, el hospital abandonado permanece como una advertencia para aquellos que se aventuran en lo desconocido. Los susurros de los espíritus perduran en el viento, recordándoles a todos que algunas puertas nunca deben abrirse y que algunos lugares deben permanecer en las sombras. Autor José Pardal
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