¡Piensa mal y acertarás! ¡Más vale pájaro en mano!¡Mejor malo conocido que bueno por conocer!
Imagino que no te resultará muy difícil, contarme dos o tres de los refranes que más escuchabas en casa de tus padres.
Probablemente, como nos pasa a la mayoría, estas frases se convirtieron en una especie de cancioncilla, que se oía varias veces por semana y que parecían no tener mucha importancia.
Imagínate a una persona de tu edad, que se crió en tu entorno, y que escuchó determinado tipo de refranes de esos que no te recomendaría. Y ahora imagínate a otra persona, misma edad, entorno similar, pero que recibió otros mensajes opuestos a los anteriores, porque sus padres eran más conscientes.
Si echas la película hacia delante, 20 o 30 años, podrías ver a una de ellas en la consulta del terapeuta, o en sesiones de coaching, tratando de eliminar algo de su pasado, que no sabe muy bien qué es, pero que siente que la está frenando.