Evangelio Del Día Lunes 6 de Marzo | Vivir Fuera De Casa | Hoy en Oración
Mar 6, 2023 ·
8m 43s
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Evangelio Diario LITURGIA - 06 DE MARZO DE 2023 Ciclo A - Año I - Color Morado II Semana del Tiempo de Cuaresma Liturgia de las Horas Tomo II II...
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Evangelio Diario
LITURGIA - 06 DE MARZO DE 2023
Ciclo A - Año I - Color Morado
II Semana del Tiempo de Cuaresma
Liturgia de las Horas Tomo II
II Semana del Salterio
Primera Lectura Daniel 9, 4-10
Salmo 78
Evangelio Lucas 6, 36-38
“Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo”
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Sólo los misericordiosos se parecen a Dios Padre. Este es el camino, el camino que va contra el espíritu del mundo, que piensa de otra manera, que no acusa a los demás. Porque entre nosotros está el gran acusador, el que siempre va a acusarnos ante Dios, para destruirnos. Satanás: es el gran acusador. Y cuando entro en esta lógica de acusar, de maldecir, de intentar dañar al otro, entro en la lógica del gran acusador que es destructor. Quien no conoce la palabra 'misericordia', no la conoce, nunca la ha vivido (...) La única acusación lícita que tenemos los cristianos es acusarnos a nosotros mismos. Para los demás sólo misericordia, porque somos hijos del Padre que es misericordioso. (Santa Marta, 13 septiembre 2018)
REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY (Fray Manuel Santos Sánchez O.P.)
A ti, Dios nuestro, la piedad y el perdón
Nos encontramos ante una sentida y entrañable oración de un auténtico creyente judío dirigida a Dios. En su corazón late todo lo bueno que Dios ha sido y ha hecho con su pueblo, resumido en la alianza que selló con ellos. “Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo”. Dios no puede hacer más por ellos. A través de este pacto amoroso, se compromete a amar a su pueblo con todo el amor de que es capaz y no dejarle nunca de su mano. Una muestra de este amor es indicarles por qué camino han de andar para encontrar la felicidad que todo hombre, que todo pueblo, anhela.
El dolorido orante judío reconoce que el pueblo no ha sido fiel a esta alianza, que ha pecado, cometiendo el peor pecado posible: “nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus normas”. Y ante este hecho, a él y a todo el pueblo judío no les cabe más que la reacción de la vergüenza. Abochornase, dolerse porque han sido capaces de ir en contra, ni más ni menos, que de Dios, que les ha ofrecido su amistad y les ha señalado el camino a seguir. Después de dolerse y avergonzarse de su actitud, desea pedir perdón a Dios, sabiendo que Dios les va a perdonar: “Al Señor, Dios nuestro, la piedad y el perdón porque nos hemos rebelado contra él y no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios”. Perdón que el Señor estará siempre dispuesto a concedérselo.
Bien sabemos los cristianos que nuestro Dios y su Hijo Jesús, que ha venido hasta nosotros, nos han demostrado su amor hasta el extremo, y su perdón siempre lo tenemos a mano, hasta sesenta veces siete. Nuestra reacción no puede ser otra que la de profundo agradecimiento.
Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo
La verdad es que Jesús nos pone el listón muy alto. Un ciego no puede guiar a otro ciego. Pero nuestro Dios, que es la Suprema Sabiduría, y su Hijo Jesús que es la Luz verdadera, pueden guiar muy bien nuestra vida, nuestros pasos, nuestras decisiones. Y Jesús nos pide adoptar la misma conducta con nuestros hermanos que la que tiene nuestro Dios, que es la misma que tiene él. “Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo”. Tira de este hilo y nos pide que no juzguemos, no condenemos, que perdonemos, que conjuguemos el verbo dar… que es lo que hace nuestro Dios con nosotros. Algo que nos puede parecer difícil de hacer. Pero Jesús viene en nuestra ayuda y todo lo que pide que hagamos a los demás lo hace Él primero con nosotros. Él nos perdona, no nos condena, no nos juzga, entrega su vida por cada uno de nosotros… así que nos será más fácil hacer nosotros otro tanto con nuestros hermanos.
¿Qué premio, qué recompensa tendremos con este modo de vivir? De manera un tanto enigmática, Jesús nos dice que “os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante”, que bien podemos traducir porque Dios y Jesús nos premiarán con su amor y su amistad, algo capaz de llenar de total felicidad el corazón de cualquier persona humana.
LECTURA DEL DÍA
Lectura de la profecía de Daniel
Dn 9, 4-10
En aquellos días, imploré al Señor, mi Dios, y le hice esta confesión: "Señor Dios, grande y temible, que guardas la alianza y el amor a los que te aman y observan tus mandamientos. Nosotros hemos pecado, hemos cometido iniquidades, hemos sido malos, nos hemos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus normas. No hemos hecho caso a los profetas, tus siervos, que hablaban a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo.
Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la vergüenza en el rostro, que ahora soportan los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén y de todo Israel, próximos y lejanos, en todos los países donde tú los dispersaste, a causa de las infidelidades que cometieron contra ti.
Señor, la vergüenza es nuestra, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres, porque hemos pecado contra ti. De nuestro Dios, en cambio, es el tener misericordia y perdonar, aunque nos hemos rebelado contra él, y al no seguir las leyes que él nos había dado por medio de sus siervos, los profetas, no hemos obedecido su voz".
EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Lucas
Lc 6, 36-38
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.
Den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida con que midan, serán medidos".
Oración
Señor, me confieso débil y pecador, reconozco que todos tus juicios son sensatos y justos y que lo que aún hay de malo en mi vida es debido a todas aquellas áreas que no he rendido a tu luz y a tu amor. Pero, Señor, hoy clamo por tu misericordia, apelo a tu amor desmedido por los que te buscamos, sé que comprendes mis flaquezas y me perdonas, hoy te pido tu gracia para levantar delante de tu admirable luz, toda mi persona; ilumíname, Señor, para pertenecerte por completo.
Acción
En este día haré un examen de conciencia, poniendo mayor énfasis en las áreas de mi vida que más me cuesta rendirle a Dios; se las presentaré en oración dejando de racionalizar, declarando lo que de ellas es pecado y pidiendo perdón de corazón.
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LITURGIA - 06 DE MARZO DE 2023
Ciclo A - Año I - Color Morado
II Semana del Tiempo de Cuaresma
Liturgia de las Horas Tomo II
II Semana del Salterio
Primera Lectura Daniel 9, 4-10
Salmo 78
Evangelio Lucas 6, 36-38
“Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo”
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Sólo los misericordiosos se parecen a Dios Padre. Este es el camino, el camino que va contra el espíritu del mundo, que piensa de otra manera, que no acusa a los demás. Porque entre nosotros está el gran acusador, el que siempre va a acusarnos ante Dios, para destruirnos. Satanás: es el gran acusador. Y cuando entro en esta lógica de acusar, de maldecir, de intentar dañar al otro, entro en la lógica del gran acusador que es destructor. Quien no conoce la palabra 'misericordia', no la conoce, nunca la ha vivido (...) La única acusación lícita que tenemos los cristianos es acusarnos a nosotros mismos. Para los demás sólo misericordia, porque somos hijos del Padre que es misericordioso. (Santa Marta, 13 septiembre 2018)
REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY (Fray Manuel Santos Sánchez O.P.)
A ti, Dios nuestro, la piedad y el perdón
Nos encontramos ante una sentida y entrañable oración de un auténtico creyente judío dirigida a Dios. En su corazón late todo lo bueno que Dios ha sido y ha hecho con su pueblo, resumido en la alianza que selló con ellos. “Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo”. Dios no puede hacer más por ellos. A través de este pacto amoroso, se compromete a amar a su pueblo con todo el amor de que es capaz y no dejarle nunca de su mano. Una muestra de este amor es indicarles por qué camino han de andar para encontrar la felicidad que todo hombre, que todo pueblo, anhela.
El dolorido orante judío reconoce que el pueblo no ha sido fiel a esta alianza, que ha pecado, cometiendo el peor pecado posible: “nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus normas”. Y ante este hecho, a él y a todo el pueblo judío no les cabe más que la reacción de la vergüenza. Abochornase, dolerse porque han sido capaces de ir en contra, ni más ni menos, que de Dios, que les ha ofrecido su amistad y les ha señalado el camino a seguir. Después de dolerse y avergonzarse de su actitud, desea pedir perdón a Dios, sabiendo que Dios les va a perdonar: “Al Señor, Dios nuestro, la piedad y el perdón porque nos hemos rebelado contra él y no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios”. Perdón que el Señor estará siempre dispuesto a concedérselo.
Bien sabemos los cristianos que nuestro Dios y su Hijo Jesús, que ha venido hasta nosotros, nos han demostrado su amor hasta el extremo, y su perdón siempre lo tenemos a mano, hasta sesenta veces siete. Nuestra reacción no puede ser otra que la de profundo agradecimiento.
Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo
La verdad es que Jesús nos pone el listón muy alto. Un ciego no puede guiar a otro ciego. Pero nuestro Dios, que es la Suprema Sabiduría, y su Hijo Jesús que es la Luz verdadera, pueden guiar muy bien nuestra vida, nuestros pasos, nuestras decisiones. Y Jesús nos pide adoptar la misma conducta con nuestros hermanos que la que tiene nuestro Dios, que es la misma que tiene él. “Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo”. Tira de este hilo y nos pide que no juzguemos, no condenemos, que perdonemos, que conjuguemos el verbo dar… que es lo que hace nuestro Dios con nosotros. Algo que nos puede parecer difícil de hacer. Pero Jesús viene en nuestra ayuda y todo lo que pide que hagamos a los demás lo hace Él primero con nosotros. Él nos perdona, no nos condena, no nos juzga, entrega su vida por cada uno de nosotros… así que nos será más fácil hacer nosotros otro tanto con nuestros hermanos.
¿Qué premio, qué recompensa tendremos con este modo de vivir? De manera un tanto enigmática, Jesús nos dice que “os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante”, que bien podemos traducir porque Dios y Jesús nos premiarán con su amor y su amistad, algo capaz de llenar de total felicidad el corazón de cualquier persona humana.
LECTURA DEL DÍA
Lectura de la profecía de Daniel
Dn 9, 4-10
En aquellos días, imploré al Señor, mi Dios, y le hice esta confesión: "Señor Dios, grande y temible, que guardas la alianza y el amor a los que te aman y observan tus mandamientos. Nosotros hemos pecado, hemos cometido iniquidades, hemos sido malos, nos hemos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus normas. No hemos hecho caso a los profetas, tus siervos, que hablaban a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo.
Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la vergüenza en el rostro, que ahora soportan los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén y de todo Israel, próximos y lejanos, en todos los países donde tú los dispersaste, a causa de las infidelidades que cometieron contra ti.
Señor, la vergüenza es nuestra, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres, porque hemos pecado contra ti. De nuestro Dios, en cambio, es el tener misericordia y perdonar, aunque nos hemos rebelado contra él, y al no seguir las leyes que él nos había dado por medio de sus siervos, los profetas, no hemos obedecido su voz".
EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Lucas
Lc 6, 36-38
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.
Den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida con que midan, serán medidos".
Oración
Señor, me confieso débil y pecador, reconozco que todos tus juicios son sensatos y justos y que lo que aún hay de malo en mi vida es debido a todas aquellas áreas que no he rendido a tu luz y a tu amor. Pero, Señor, hoy clamo por tu misericordia, apelo a tu amor desmedido por los que te buscamos, sé que comprendes mis flaquezas y me perdonas, hoy te pido tu gracia para levantar delante de tu admirable luz, toda mi persona; ilumíname, Señor, para pertenecerte por completo.
Acción
En este día haré un examen de conciencia, poniendo mayor énfasis en las áreas de mi vida que más me cuesta rendirle a Dios; se las presentaré en oración dejando de racionalizar, declarando lo que de ellas es pecado y pidiendo perdón de corazón.
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