Como suele ser habitual, el cierre mensual (en este caso, de febrero) ha servido para despejar muchas dudas técnicamente hablando, y para arrojar luz sobre los principales selectivos de Europa y EEUU en materia operativa. En el caso de la principal referencia europea, el EuroStoxx 50, ha quedado claro que con la consecución en las últimas horas de un nuevo máximo creciente dentro de su tendencia alcista, el control sigue claramente en manos de los alcistas.
"Los toros parece que tienen como objetivo entre ceja y ceja el alcance de los 5.000 puntos y posteriormente la búsqueda de los altos históricos del año 2000 (sin efecto dividendos descontado) en torno a los 5.522 puntos", explica en ese sentido Joan Cabrero, analista técnico y estratega de Ecotrader.Sin embargo, la información más valiosa que se ha podido extraer en las últimas horas de la evolución de índice continental es que ya está identificada de manera palmaria, la línea divisoria que separa un contexto correctivo de uno alcista en las bolsas."Para que haya a corto plazo evidencias técnicas que planteen la posibilidad de que hayamos visto un techo temporal en las subidas, lo mínimo exigible es que el EuroStoxx 50 cierre el hueco que abrió al alza desde los 4.773 puntos, que también podríamos llamarlo como el hueco de Nvidia, explica Cabrero. "Solamente si eso sucede es probable que comience un proceso de consolidación de parte de las últimas subidas, porque mientras ese hueco siga abierto la tendencia alcista se mantendrá intacta y con ella las posibilidades de seguir viendo más alzas a corto", añade.E igual ocurre en el resto de selectivos, ya sea a uno u otro lado del Atlántico. En el Nasdaq 100, por ejemplo, el hueco que se abrió al alza tras los resultados de Nvidia está en los 17.478 puntos, "y ese es el que tiene que ser cerrado para que haya confirmación de un giro bajista o del comienzo de una fase de corrección sostenible más allá del corto plazo".En el caso del Ibex 35, "el problema que nos encontramos", matiza sin embargo el experto, "es que el selectivo español no está siendo capaz de aprovechar el buen momento que presentan el resto de bolsas mundiales y si no es capaz de subir con el viento a favor dudo que lo haga en próximas semanas, cuando las bolsas de ambos lados del Atlántico opten por consolidar parte de las últimas y fuertes subidas".Por eso, Cabrero se muestra reticente y teme que esta consolidación aún sea más amplia y duradera, "de ahí que me muestre reticente a la hora de recomendar comprar de nuevo bolsa española sin que antes se alcance al menos la directriz alcista que surge de unir los mínimos de 2022 y de 2023".