El aceite de oliva sigue en el ojo del huracán. El 2022 fue duro para el sector, lastrado por la sequía extrema que vivió el país, junto con la subida de los costes de producción, lo que se tradujo en una campaña con el menor volumen de producción en una década y precios disparados. Y ahora sabemos, además, de la caída de las ventas sufrida el año pasado.
En concreto, las ventas de aceite de oliva cayeron un 1,3% internaual en 2022, hasta los 305 millones de litros. Pero aunque la cifra puede parecer moderada, la situación se complica si tenemos en cuenta que el hundimiento de las ventas ha sido mucho más acusado desde el inicio de la campaña actual, que va de octubre a diciembre. En concreto, si tenemos en cuenta este periodo, la caída es del 4,4%.
Si profundizamos en el análisis y nos centramos en la evolución de las ventas por tipo de aceite, se observa que el resultado anual es bastante positivo, con ligeras caídas, o incluso con algunas subidas, como es el caso del 'suave'. Solo el 'intenso' sufrió el pasado curso, al hundirse sus ventas un 13,8%.
Pero si nos centramos en los tres primeros meses de la actual campaña, la situación es mucho peor. Así, las ventas del aceite de oliva virgen extra cayeron casi un 5%, las del virgen, un 10%; mientras que las ventas de 'intenso' se hundieron un 24% en tan solo un trimestre. Solo el 'suave' mantuvo niveles similares a los que venía registrando.
Uno que cada vez gana más importancia es el aceite de orujo. Este se elabora a partir de las restantes partes de la aceituna después de su prensado para producir aceite de oliva. Estas restantes partes incluyen la pulpa, la piel y las semillas de la aceituna. El aceite de orujo se produce mediante un proceso de refinado y es un aceite menos caro que el aceite de oliva virgen o el aceite de oliva virgen extra. Debido a su proceso de producción, tiene un sabor más suave y neutro que el aceite de oliva. Pues bien, el año pasado registró 18,3 millones de litros vendidos, lo que supone un incremento del 16%.
Mientras que el resto de aceites vegetales vendieron un total de 332 millones de litros, lo que supone una caída del 3% respecto al año anterior.
Las cifras han sido difundidas por Anierac, la Asociación Nacional de Industriales, Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles, y han sido recogidas por EFE.
Esta situación era una de las que más temían los productores de aceite, y sobre la que llevan advirtiendo desde hace meses, como consecuencia de la subida de precios: una caída de la demanda. Toca ver cómo evoluciona en los próximos meses.