Los ciudadanos de Moldavia viven con miedo desde que Rusia invadió Ucrania. Temen que su país sea el próximo objetivo de Rusia, tal y como anuncian algunos políticos y propagandistas rusos en sus repetidas amenazas a Moldavia. Maia Sandu, presidenta del país de orientación proeuropea, es consciente del peligro: "Se están llevando a cabo operaciones militares en las inmediaciones de las fronteras de la República de Moldavia. Es una situación grave para nuestra nación vecina y representa una seria amenaza para nosotros”. Su preocupación está justificada. Moscú controla desde 1992 la región separatista de Transnistria, en el este de Moldavia, donde tiene tropas estacionadas. Recientemente, Vladímir Putin revocó un decreto que garantizaba el respeto a la soberanía nacional de Moldavia, lo que llevó la situación de la nación a un punto crítico. El 10 de febrero, el gobierno dimitió. Tres días después, Maia Sandu anunció que se habían descubierto planes concretos de Rusia para desestabilizar el país. Estos planes incluían sabotajes y actos violentos, como secuestros y ataques a edificios gubernamentales. La sobra de la guerra se extiende sobre Moldavia. Hace un año, poco después de que Rusia iniciara la guerra en Ucrania, muchos moldavos ya se estaban preparando para abandonar el país. "Teníamos miedo, vivíamos sentados sobre maletas preparadas", cuenta Elena Cernei, que vive cerca de la frontera con Ucrania. En 2022 Moldavia, el país más pobre de Europa y que tiene solo 2,6 millones de habitantes, recibió más de 600.000 refugiados ucranianos. Además, los precios del gas y la electricidad se dispararon y la inflación aumentó más de un 30 por ciento. Anatolie Dicusar, un empresario que lucha por llegar a fin de mes, convirtió su taller en un almacén de ropa para refugiados. El bloguero y músico Vova Karmanov dejó de producir música para filmar reportajes sobre los conflictos congelados en la región postsoviética. La presidenta Maia Sandu lucha con tenacidad por la libertad y la democracia. Desde el 24 de junio de 2022, Moldavia es oficialmente un país candidato para ingresar en la Unión Europea. Pero la guerra de Ucrania y la propaganda rusa dividen cada vez más a la sociedad moldava. Este documental de Irene Langemann recoge las historias personales de sus protagonistas y, a la vez, sigue la evolución de los acontecimientos sociales y políticos en la República de Moldavia desde el inicio de la guerra en Ucrania. ¿Sobrevivirá la nación a esta terrible experiencia?
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