Ana Cristina tuvo que aprender a sufrir su enfermedad, esa que le hizo perder 40 libras de peso y quedarse casi sin cabello. Pero una enfermedad, no solo desgasta físicamente, sino también socava cualquier sostén emocional.

Puede llegar a ser devastador para cualquier persona, pues la fragilidad del ser humano queda al descubierto. Sin compasión alguna.

“Hay muchas personas como yo, que pasamos enfermas, tanto tiempo, de algo que no sabemos qué es. Luego de tres meses de cólicos insoportables, me diagnosticaron endometriosis y me extirparon un quiste de 10 centímetros de diámetro. Al año siguiente, me volvieron a operar”, cuenta Ana.

Ana dice que de acuerdo a sus investigaciones, el 10 por ciento de las mujeres que sufren de endometriosis, debe esperar al menos un promedio de 7 años en obtener un diagnóstico acertado. Esto debido a la similitud de los síntomas que otros males tienen con su padecimiento.

“Debido a que me diagnosticaron 10 años después de que comenzaron mis dolores, estaba harta de tomar medicamentos y en ese momento comencé con un consumo medicinal de cannabis, tomando el aceite. Ahí comenzó mi acercamiento, porque no había nada que me aliviara tanto, tanto y sin tanta invasión de mis órganos, como el cannabis”.

Varios años después de su encuentro con el cannabis, Ana Cristina Ramos fundó MUCA (Mujeres Cannábicas Ecuador), un grupo de mujeres dedicado a incluir a más mujeres en la industria del cannabis en su país, a través de la capacitación y la educación.

Recién en 2020, fundó ExpoCannabis Ecuador que tiene como principal interés servir de puente entre los diferentes eslabones de la naciente industria del cannabis.

Recientemente, además; arrancó en equipo con otros involucrados en la industria una de las primeras iniciativas comunitarias sobre cannabis en Ecuador que ayuda a las comunidades en estado de equidad económica a ingresar en la producción de materia prima para la industria.

En relación a la entrada de las grandes farmacéuticas a la industria del cannabis a escala mundial, Ana Cristina expresa sus perspectiva así: “Estoy de acuerdo en que haya dinero para investigar las propiedades medicinales de cualquier sustancia. No es realistas pensar que vamos a descubrir las propiedades del cannabis sin fondos, sin gente bien pagada, con buenas instalaciones para hacer experimentos y entender la planta”. Sin embargo, está en contra de los precios prohibitivos de acceso al cannabis.