1Reyes-087 Misericordia y justicia
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Misericordia y justicia El rey Acab es un personaje interesante. , Nos dice la Palabra de Dios que era peor que todos los otros reyes. Mas vemos que Dios fue...
show moreEl rey Acab es un personaje interesante. , Nos dice la Palabra de Dios que era peor que todos los otros reyes. Mas vemos que Dios fue muy compasivo con él. Dios le dio muchas posibilidades de humillarse ante Dios y seguirle, mas vemos que Acab no las aprovechó. Su esposa era la malvada Jezabel, la cual pensaba solo en sí misma y no le importaba el mal que pasaran los demás. Era extremadamente rebelde contra Dios y persiguió y mató a todos los profetas de Dios que pudo encontrar.
Y Acab lo vemos que seguía la linea de actuación de su esposa y no se sometió a Dios en su vida. Pensó que podía ignorar a Dios y formar su propio grupo de profetas. Curiosamente, tuvo la oportunidad de seguir a Dios y sus consejos, ya que siempre tuvo personas a su alrededor que temían el nombre de Dios.
Nos dice el capítulo 18 de reyes que Acab tenía gente a su alrededor que eran seguidores del Dios verdadero.
¿Alguna vez has pensado que tenías una situación difícil en casa o en el trabajo? Te invito a leer sobre Abdías.
Era el mayordomo del rey Acab. Atendía a su casa y todos sus asuntos, y leemos que “Abdías era en gran manera temeroso de Jehová. Porque cuando Jezabel destruía a los profetas de Jehová, Abdías tomó a cien profetas y los escondió de cincuenta en cincuenta en cuevas, y los sustentó con pan y agua.“ (18:2-3)
Jezabel, mujer de Acab, malvada reina de Israel había pedido que se mataran a todos los profetas de Israel, y Abdías, que trabajaba para el rey Acab, escondió a cien profetas, cincuenta en una cueva y cincuenta en otra para librarlos de la muerte, y les proveía sustento.
Fue Abdías el que conoció a Elías y arregló el encuentro entre este y el rey en el relato de los holocaustos, lugar donde Dios mostró su poder enviando fuego que consumiera el holocausto de Elías a pesar de que había agua que corría por todos lados.
Me pregunto si Abdías oraba por su jefe, porque Dios se mostró misericordioso con Acab en múltiples ocasiones. Dios le dio la victoria a Acab sobre los sirios, mas vemos que Acab hizo pacto con el rey Ben-adad, desobedeciendo el consejo de Dios. Dios envió a un profeta para amonestarle, Y él le dijo: Así ha dicho Jehová: Por cuanto soltaste de la mano el hombre de mi anatema, tu vida será por la suya, y tu pueblo por el suyo. Y el rey de Israel se fue a su casa triste y enojado, y llegó a Samaria.” Acab no tomaba bien la amonestación, pero vemos que Dios siguió dándole oportunidad de arrepentirse.
En el capítulo 21 de 1 de Reyes podemos leer que Acab quería la viña de su vecino Nabot, la cual había pasado de generación en generación, y no estaba en venta. Acab se entristeció, “Y su mujer Jezabel le dijo: ¿Eres tú ahora rey sobre Israel? Levántate, y come y alégrate; yo te daré la viña de Nabot de Jezreel.” Escribió ella cartas a nombre de Acab para que acusaran a Nabot falsamente y lo apedrearan en la plaza.
“Cuando Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y muerto, dijo a Acab: Levántate y toma la viña de Nabot de Jezreel, que no te la quiso dar por dinero; porque Nabot no vive, sino que ha muerto. (21:15) Y Acab fue y la tomó. Dios ya le había mostrado suficiente misericordia, pero él no cambiaba. Envió Dios a Elías, el cual le reprendió por la maldad que había hecho: Le dijo Elías: “te has vendido a hacer lo malo delante de Jehová. He aquí dice Jehová, yo traigo mal sobre ti, y barreré tu posteridad y destruiré hasta el último varón de la casa de Acab, tanto el siervo como el libre en Israel.”
“Y sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos y puso cilicio sobre su carne, ayunó, y durmió en cilicio, y anduvo humillado. Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: ¿No has visto cómo Acab se ha humillado delante de mí? Pues por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días; en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa. (21:27-29)
Una vez más, Dios se mostró misericordioso, no ignorando las muestras de humillación del rey Acab.
Nos cuenta 1 de Reyes 22 y 2 de Crónicas 18 que Josafat, el rey de Judá, el cual había hecho mucho bien en su reinado, emparentó con Acab y Jezabel.
Un día que Josafat visitaba a su consuegro Acab, este le invitó a ir a la guerra con él contra Ramot de Galaad. Josafat parecía estar dispuesto, mas “dijo Josafat al rey de Israel: Te ruego que consultes hoy la palabra de Jehová (4). Así que Acab consultó con sus profetas, los cuales estuvieron de acuerdo en que serían victoriosos si luchaban.
“Pero leemos en el versículo 6 que después de escuchar a los profetas que trajo Acab “Josafat dijo: ¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, para que por medio de él preguntemos?”
Acab había consultado a profetas falsos, ya que parecía que los profetas de Jehová no eran de su agrado. Le dijo Acab a Josafat: Aún hay aquí un hombre por el cual podemos preguntar a Jehová; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza cosa buena, sino siempre mal. Este es Micaías hijo de Imla. Y respondió Josafat: No hable así el rey.”
Acab obviamente no quería escuchar la voz de Dios, mas vemos que Dios continúa poniendo personas en su vida que le siguen apuntando al Salvador. Micaías, al llegar a la presencia del rey, le da el mensaje que este quería escuchar. Mas Acab sabe que ese no es el mensaje de Dios. Insistió, hasta que Micaías le dijo: Vas a ser derrotado y saldrás huyendo. Dios ya había dado demasiadas oportunidades a Acab, y este no quería saber nada del Dios verdadero.
Leemos que en la batalla contra Ramot de Galaad, Acab convenció a Josafat que llevara del sus ropas reales, marcándolo como diana para el enemigo sirio, y Acab se vistió de soldado. Mas cuando los enemigos vinieron a atacar a Jesafat, este alzó la voz y dijo que él no era el rey Acab. Y una de las flechas en la batalla, que ni iba dirigida al rey, hirió a Acab de muerte.
Dios había mostrado su misericordia durante mucho tiempo, y ahora estaba haciendo justicia. Dice la Palabra que el alma que pecare morirá. La única esperanza para el ser humano es la obra redentora de Cristo en la cruz. Cristo murió por el pecador, para que los que hemos pecado contra Dios podamos arrepentirnos y confiar en su salvación. Acab había tenido muchas oportunidades, y las había despreciado. ¿Hasta cuando puede uno resistir el amor de Dios? En Acab vemos la consecuencias de rechazar su misericordia.
Busca a Dios, porque es hoy el día de salvación, y no tenemos garantizado un mañana. Que le Señor te bendiga.
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Author | David y Maribel |
Organization | David y Maribel |
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