Podcast Cover

Reflejos de su gloria

  • Efesios-124 El andar del cristiano

    5 JUL 2024 · El andar del cristiano En la segunda parte de la carta a los Efésios, Pablo pasa a mostrarnos cómo el evangelio se evidencia en la vida del cristiano. En el capítulo 4, Pablo comienza con esta petición a los cristianos de Éfeso: “os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados.” Puesto que Dios nos ha llamado a la salvación y santificación, y nos ha dado su poder para ser fortalecidos internamente, debemos vivir diariamente como corresponde a esta vocación. ¿Y cómo es esta manera de andar o de vivir? En primer lugar Pablo da una lista de actitudes que describen al cristiano en los versículos 2-5: “con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.” Las características que menciona son parte del fruto del Espíritu: humildad, mansedumbre, paciencia, amor, paz, todo esto necesario para preservar la unidad en el Espíritu. La unidad en la fe y el conocimiento de Dios nos permite no solo ir creciendo en el Señor, sino también ayudando a otros a crecer. Dios, en su sabiduría, usa a individuos para perfeccionarnos unos a otros. En las palabras de Pablo, “que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. (Efesios 4:15-16) Así como veíamos en el capítulo 3 que Dios usa a los creyentes para mostrar su sabiduría a los principados y potestades en el universo, Dios usa a su iglesia para la mutua edificación, cada uno con su don personal, usándolo en mansedumbre para la gloria de Dios. En los últimos tres capítulos vemos cómo la antigua manera de vivir es sustituida por una forma de andar de acuerdo con la vida nueva en Cristo. Pablo no describe un cambio de actuación aprendido, sino más bien presenta un cambio interior que se va reflejando en una nueva forma de vida. Las conversaciones necias y vacías pasan a ser conversaciones de gratitud y alabanza. En lugar de agradarnos a nosotros mismos, buscamos agradar a Dios, evitando actitudes y acciones que Dios condena y haciendo aquellas cosas que Dios aprueba. Este cambio de corazón se refleja también en nuestra relación con otros. En primer lugar, se muestra en nuestra relación con los más cercanos. La última sección de Efesios 5 describe una relación de amor y respeto mutuo entre el esposo y la esposa. Y los primeros versículos del capítulos 6 tratan la relación entre padres e hijos, así como las relaciones laborales. Todas estas relaciones interpersonales tienen en común el respeto que Dios da a cada ser humano y que espera de nosotros. La falta de respeto interpersonal es síntoma de una pobre relación con Dios que necesita atención. Cuando tratamos con otros, debemos hacerlo para agradar a Dios, y no a los hombres, “sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre” (Efesios 6:8). Cuando actuamos con este principio en mente, la relación entre el esposo y la esposa mostrará el amor de Dios a la iglesia, y el respeto de la iglesia a Cristo, y esto se reflejará en la administración y el funcionamiento del hogar. Los hijos que entienden la bendición de Dios a aquellos que le obedecen, mostrarán respeto a sus padres, y los padres que comprenden que su autoridad como padres es una responsabilidad dada por Dios, al cual tendrán que dar cuenta, tratarán a sus hijos con el cuidado y la dedicación que Dios espera de ellos. En el ámbito laboral, el trabajador tratará a su jefe con respeto y el empresario no se aprovechará de sus empleados, sino que los tratará correctamente. Todo esto, una vez más, es imposible de mantener diariamente sin los recursos que Dios nos ha dado en el momento de la salvación. Cuando recibimos la salvación de Cristo, obtenemos también la armadura de Dios, “para que podamos resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.” (Efesios 6:13): El yelmo de la salvación nos capacita para llevar la armadura, el cinto de verdad nos guía, la coraza de justicia nos da la capacidad para tomar las decisiones correctas en la batalla, el escudo de la fe nos protege de la duda y el desánimo, y podemos usar la espada de la Palabra cuando nos enfrentamos a las tentaciones diarias. Recordemos en las situaciones diarias que nuestro verdadero enemigo no es la persona que tenemos delante. No olvidemos que nuestra lucha es contra fuerzas espirituales, “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” (Efesios 6:12) Tomemos por tanto los recursos que Dios nos ha dado, y vivamos una vida según el corazón de Dios. Comprobaremos que esta forma de vivir no solo agrada a Dios, sino que es una vida mucho más gozosa y llena de paz en nuestro interior y con los que nos rodean.
    Played 8m 18s
  • Efesios-123 Las riquezas de su gracia

    4 JUL 2024 · Las riquezas de su gracia Solemos dar de lo que tenemos, por lo que es seguro decir que si no tienes algo, no lo puedes compartir con nadie.  Cuando Dios da gracia, es porque Él es rico en gracia y misericordia. La gracia es un favor inmerecido. Dios es capaz de dar gracia, porque Él es el mismo concepto de gracia. Es compasivo y misericordioso. Dios nos puede dar vida, porque Él es la vida, como confesó Jesús en Juan 14:6. En Efesios 2 leemos que cuando estábamos muertos en nuestros propios delitos y pecados, Dios dio vida.  En el versículo 3 leemos: “todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Como veíamos en Gálatas, en la reflexión sobre la carne y el Espíritu, en nuestra condición natural, vivimos para los deseos de la carne. Hay quien cree que vive según sus propios deseos, pero si somos sinceras, como Pablo expresaba en 2 Corintios, esas cosas que queremos hacer no llegamos a hacerlas, y aquello que determinamos no hacer, acabamos haciéndolo en repetidas ocasiones. Y es que en nuestras propias fuerzas, tendemos a practicar las obras de la carne. Mas afortunadamente para nosotras, no tenemos que permanecer esclavizadas a la carne. Efesios 2:4-7 nos anuncia: “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.” Dios nos ha dado una vida nueva en Cristo, para mostrar a través de los siglos la riqueza de su gracia. Ha sido bondadoso hacia aquellos que lo rechazábamos. Eso es ser rico en gracia; eso es ser rico en misericordia.   Como dice el capítulo 2, cuando estábamos lejos de Dios y ajenos a su voluntad, sin esperanza y sin Dios, hemos “sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.” (Efesios 2:13) “Así que”, dice Pablo en los versículos 19-23, “ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.” Ahora somos familia de Dios, gracias a su gracia salvadora. Ahora los cristianos formamos un cuerpo, un edificio fundado en Cristo, la piedra angular, y ahora, por la gracia de Dios, somos templo del Espíritu Santo.  No olvidemos nunca de donde nos ha rescatado Dios, y cuál es nuestro destino, gracias a su rica misericordia. Meditemos a menudo en la riqueza de la gracia de Dios.
    Played 5m 15s
  • Efesios-122 Oración de intercesión

    3 JUL 2024 · Oración de intercesión Pablo, en el capítulo 3 de Efesios explica cómo Dios, en su perfecto plan, había abierto la puerta de la salvación a los gentiles, presentando el evangelio de Jesucristo. Me encanta el mensaje del versículo 10, donde leemos del plan perfecto de Dios: “que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales.” El propósito eterno de Dios es dar a conocer su sabiduría, y pudiéndolo hacer de cualquier manera, ha elegido hacerlo a través de nosotros, su iglesia, aquellos que hemos confiado en Él para salvación. Pablo, confiando en la seguridad de la esperanza eterna que tenemos en Cristo, anima a los cristianos de Éfeso a no preocuparse por las tribulaciones que él mismo estaba pasando durante su encarcelamiento. Pablo no estaba en la cárcel por crímenes que había cometido. Su único delito era predicar la palabra de Dios.  Pablo aprovechaba bien el tiempo en prisión, orado por los cristianos que estaban fuera, y animándolos en su andar diario con Dios.  Les dice en el capítulo 3: “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, … para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.” Cuando Pablo aquí ora por los creyentes, pide que estos sean fortalecidos internamente. Muchas veces oramos por las necesidades físicas de las personas, lo cual es bueno y necesario, pero a veces olvidamos la importancia de ser fortalecidos en Cristo, de permanecer firmes, arraigados y cimentados en amor, y que lleguemos a entender y disfrutar la esencia de Dios y la bendición de ser sus hijos.  Así como Pablo oraba, debemos pedir nosotras por los que desean andar en los caminos del Señor, alentándonos unos a otros, y llevando las necesidades espirituales a “aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.” el poder de Dios mismo.  A este, el Todopoderoso, nuestro creador, salvador y sustentador  “sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.” Así acaba el apóstol su oración en este capítulo. Sigamos el ejemplo del apóstol. Sigamos este ejemplo de intercesión. Llevemos a nuestros hermanos en oración ante Dios, para que seamos fortalecidos en el Señor, para la gloria de Dios.
    Played 4m 47s
  • Efesios-121 Oración de gratitud

    2 JUL 2024 · Oración de gratitud La Biblia nos anima a orar unos por otros. Pero a veces es difícil saber cómo podemos orar por nuestros familiares y amigos. En la carta a los Efesios, Pablo nos deja constancia de su oración, la cual podemos seguir como ejemplo de nuestra intercesión por aquellos que están en el camino con nosotros.  En el primer capítulo, Pablo comienza con una alabanza a Dios mismo, recordando Su perfecto amor y Su gracia que ha derramado sobre cada uno de nosotros.  Efesios 1:3-4 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él” Dios, de su propia voluntad, como hemos visto ya en otros textos, nos escogió desde antes de la fundación del mundo. El Dios eterno en su omnisciencia predeterminó que nosotros en el siglo XXI creeríamos en la obra de Cristo en la cruz y seríamos sus hijos. Su conocimiento y su poder supera nuestro entendimiento, mas podemos disfrutar del hecho de que en su amor, nos predestinó, nos adoptó, nos redimió, nos perdonó, nos hizo aceptos en Cristo el Amado. No se limitó a salvarnos para que no pereciéramos en nuestra iniquidad, sino que además, nos dicen los versículos 7-9, “según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, nos dio a conocer el misterio de su voluntad.” Dios nos ha dado su Palabra, para que podamos conocerle a Él y conocer su voluntad.  Dios nos ha declarado herederos de la gracia, para alabanza de su gloria, y nos ha dado al Espíritu Santo como las arras de la herencia que recibiremos en gloria. Dios no se ha dejado ningún detalle. No hay nada que nos falte en Él. Todo lo que necesitamos para la vida cristiana aquí y la eternidad en gloria ya nos ha sido otorgado. Por todo esto podemos estar agradecidos.  Por todo esto, Pablo oraba por los Efesios, primeramente dando gracias por la salvación que podían disfrutar. En los versículos 15-17 les dice:  “Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él.” Podemos poner en práctica esta oración de gratitud a Dios por nosotras y por aquellos que nos rodean. Que podamos reconocer y apreciar aquello que Dios ya ha hecho por nosotras, y que cada uno de nosotros podamos crecer en sabiduría y conocimiento de Dios. 
    Played 4m 33s
  • Efesios-120 Efesios

    1 JUL 2024 · Efesios La ciudad de Éfeso se puede visitar hoy día si decides ir hasta Turquía. Incluso podrías ir de compras al outlet de Éfeso. Esa antigua ciudad costera era en los días de los apóstoles un lugar de mucha actividad. En el libro de los Hechos leemos que Pablo visitó esta ciudad en varias ocasiones, y que vivió allí dos años.  Efesios, junto a las cartas a los Filipenses, a los Colosenses y a Filemón, se denominan epístolas de la cautividad, ya que se deduce que Pablo escribió estas cartas mientras estaba en la cárcel.   A diferencia de la carta a los Romanos o la de los Gálatas, en la carta a los Efesios no aparecen saludos específicos a aquellos con los que Pablo tenía más relación. Entendemos que esta carta es una de las que los Efesios leerían, y pasarían a otras comunidades de la zona. Así, encontramos que Efesios es una carta que podría muy bien haber sido enviada a cualquier grupo de cristianos en cualquier lugar del mapa o etapa histórica. Es así una carta escrita para ti y para mí, tanto como para cualquier creyente que viviera en la región de Asia Menor en el primer siglo.  Si dividimos Efesios en dos, la primera parte es una sección doctrinal, en la que el apóstol pone las bases para la vida cristiana. La segunda parte provee la aplicación práctica, dando pautas para vivir la vida según los principios expuestos en la primera parte de la carta.  Es una organización muy lógica, ya que es congruente que nuestro estilo de vida esté basado en creencias firmes. Efesios presenta primeramente esas bases ideológicas que hacen posible una vida de unidad y respeto mutuo entre personas.  Un tema que se palpa a través de toda la carta, es el de la unidad de los creyentes en un mismo Dios y Salvador, Jesucristo.  La idea principal del libro sería la siguiente: Puesto que Dios ha querido salvarnos y nos ha dado a Su Hijo para redimirnos de nuestros pecados, y su Espíritu para guiarnos en Su voluntad, podemos y debemos mostrar respeto mutuo en nuestras relaciones interpersonales, y así disfrutar de la voluntad de Dios para nuestras vidas. Como Dios sabe que no seríamos capaces de vivir la vida cristiana en nuestras propias fuerzas, en el último capítulo nos muestra la equipación que Él ha provisto para cada cristiano, para que con todos los recursos que hemos recibido de Él podamos tener la victoria en las batallas de la vida.  Te reto a leer con atención esta carta y anotar las bases para la vida cristiana y cómo estas pueden producir una vida victoriosa en Cristo.
    Played 4m 2s
  • Gálatas-119 Una alegoría

    28 JUN 2024 · Una alegoría En el corazón de la epístola a los Gálatas, Pablo presenta una alegoría que captura la esencia del mensaje de Gálatas.  Dios había hecho pacto con Abraham en el desierto. En el capítulo 3 de Gálatas leemos cómo Abraham había mostrado su fe en Dios, confirmando que la justicia de Abraham era por la fe, y no por las obras. Abraham había recibido la promesa de que él y Sara tendrían un hijo, a través del cual vendría el Salvador. Mientras esperaban, se desesperaron, y pensando que igual no debían interpretar la promesa de Dios literalmente, decidieron que Abraham tuviera un hijo con Agar, la sierva de Sara. Así, Abraham tuvo un hijo con Agar, y lo llamó Ismael. Agar, viéndose la madre del heredero de Abraham, comenzó a despreciar a Sara, su señora. Fue así que Agar fue enviada lejos. Mas Dios atendió a la oración de Agar, y esta volvió y habitó en con ellos, y dio a luz a Ismael. Pasados unos años, Dios hizo que Sara concibiera un hijo de Abraham, Isaac, el hijo de la promesa. Este pequeño llegó al mundo cuando Ismael ya tenía unos 13 años. De repente, Agar e Ismael, pasaron a un segundo plano, ya que quedaba claro que Isaac era en realidad ese hijo prometido. Sin embargo, leemos en Génesis 21 que Ismael, el hermano mayor,  al ir creciendo Isaac, contínuamente se metía con él y se burlaba. Sara sufría viendo la situación, y pidió que Abraham enviara a Ismael y Agar lejos de ahí. A Abraham no le parecía bien esta acción, mas consultando con Dios sobre el asunto, Dios le dio paz de que Él mismo cuidaría de Agar e Ismael, y que así protegería a Isaac, el hijo de la promesa. Muchos siglos más tarde, en esta carta de Pablo a los Gálatas, encontramos una alegoría que nos llama la atención. Pablo, al explicar que la ciudadanía que importa es la celestial, nos presenta una alegoría basada en esta historia. Leemos en Gálatas 4:21 “Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley? Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa. Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar. Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre. Porque está escrito:     Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz;     Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto;     Porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido. m Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora. Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre. De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.” Curiosamente, en esta alegoría, el pueblo étnico de los judíos viene representado, no por Isaac, el hijo de la promesa, sino por Ismael, el hijo de Agar, la sierva. Este era hijo en la carne, nacido de la esclava. Así el pueblo judío que había rechazado a Jesús, el pueblo que habitaba la zona de Jerusalén en este momento, en el monte Sinaí, era el hijo de la esclava, mientras que todos los que hemos creído en Cristo y hemos sido nacidos de nuevo en el Espíritu, estamos representados en la alegoría por Isaac, el hijo de la libre. Para nosotros, como para Isaac, es la promesa. Nosotros, como Isaac, podemos confiar en que nada ni nadie nos podrá privar de aquello que Dios nos ha concedido. Los que cuestionaban la promesa a los creyentes, no tenían esperanza de victoria. Dios siempre ha protegido a los suyos. Al continuar leyendo las otras cartas de Pablo a los creyentes, descansemos en la certeza de que la Jerusalén de arriba nos espera, y ahora ya podemos disfrutar de la libertad que Cristo ha provisto, viviendo en el Espíritu. 
    Played 6m 20s
  • Gálatas-118 La carne y el Espíritu

    27 JUN 2024 · La carne y el Espíritu Hay una gran diferencia entre una persona que vive la vida en la carne y una que vive en el Espíritu. Hemos podido ver que gracias a la obra de Cristo en la cruz, somos libres de la ley. Si la ley nos esclaviza, Cristo nos libera. Más como Pablo explica en sus cartas, todavía encontramos una ley natural, y es que el mal sigue morando en nuestro ser cuando no estamos viviendo consciente y activamente en el poder del Espititu Santo que mora en nosotros tras la redención. En los capítulos 5 y 6 de Gálatas, encontramos una clara distinción entre las obras naturales de la carne y las obras naturales del Espíritu. Y nosotros, en Cristo, podemos vivir desechando unas para practicar las otras. La pregunta es cuales vamos a desecahr y cuáles vamos a practicar. Leamos los versículos en Gálatas 5:13-6:5 para poder meditar en lo que la Biblia nos enseña. Pablo comienza con una exhortación—una afirmación de lo que ha ocurrido en nuestras vidas y el peligro de tomar a la ligera la gran obra de transformación que el Señor quiere llevar a cabo en nuestras vidas. Dice así: “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros. Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” Llama la atención encontrar en la lista algunos de los pecados que más fácilmente justificamos entre aquellos pecados que consideramos más serios. Consideramos algunos peores que otros, más Dios ve todas las desviaciones de su voluntad como pecado, incluso aquellas que consideramos más pasables. Pero continúa el apóstol con una lista de características que podemos disfrutar, porque son el resultado directo del Espíritu de Dios; solo tenemos que desechar las obras de la carne y permitir que el fruto natural del Espíritu brote en nuestras vidas. “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” ¿Qué ley podría condenarnos por mostrar gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre o templanza? Asi que, vivamos libres para el Señor, como nos dice el texto: “Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. Aceptemos el reto. Vivamos cada día desechando las obras de la carne, que incluyen enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas y disensiones, Y disfrutemos del fruto dulce que el Espíritu puede producir en nuestras vidas.
    Played 5m 16s
  • Gálatas-117 Libertad en Cristo

    26 JUN 2024 · Libertad en Cristo El el capítulo 4 de Gálatas, Pablo lamenta que la relación que había tenido con los creyentes de Galacia se había deteriorado, y los que en el pasado habían admirado al apóstol y lo habían ayudado en su debilidad física, ahora lo despreciaban. En el versículo 16 Pablo pregunta a los gálatas:  “¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad?” Es probable que en alguna ocasión por decir la verdad a alguien, acabemos dañando la relación; y es que la verdad duele. La verdad debe ser dicha, pero con mucho cuidado, porque aún cuando se busca el momento adecuado y se miden las palabras, es posible que la reacción recibida tras decir la verdad no sea la que quisiéramos. Pablo había dejado claro que la ley judía había sido dada al pueblo judío a través de Moisés, como vimos en el Antiguo Testamento. En el capítulo 3 vemos que el propósito de la ley era mostrar la santidad de Dios y el pecado de los humanos, ya que nadie es capaz de cumplir fielmente toda la ley. Cuando no hay normas, no hay infracción, mas cuando se establece una normativa, toda desviación es identificada. Si no hubiera una ley que limitara la velocidad en carretera, no habría multas por exceso de velocidad. Sin la presencia de una ley que prohíba fumar en un espacio público, nadie podría llamarle la atención al que encendiera un cigarrillo. Si no tuviéramos una ley que exige el uso del cinturón de seguridad, no llevarlo sería optativo. Las leyes, por tanto hacen que aquello prohibido o exigido, según sea el caso, defina lo que es aceptable o lo que está mal.  Los judíos, como sucede a muchos de nosotros, imaginaban que podían mostrar superioridad si cumplían las normas mejor que otro. Siguiendo este pensamiento, cuando Dios presenta la salvación por gracia, como un regalo inmerecido imposible de alcanzar por obras, podemos seguir pensando erróneamente que nuestras obras nos pueden dar gracia ante Dios. Estos cristianos judíos de Galacia, habiendo sido rescatados de la condenación de la ley, todavía insistían en someterse a leyes de higiene, comida y ritos. No siendo esto necesario, los apóstoles no ponían pegas, entendiendo que seguir la ley no era incorrecto. Sin embargo, estos cristianos judíos imponían sus principios a los gentiles que jamás habían guardado estas leyes. Veían a cualquiera que no seguía sus normas como inferiores a ellos, y juzgaban a judíos y gentiles, e incluso a ellos mismos se agobiaban, imponiendo aquellas cosas de las que Dios les había librado. La circuncisión era una práctica por la que había división. En la ley judía, los niños varones eran circuncidados al octavo día, siguiendo el rito judío. Cuando un varón no judío se convertía al evangelio, los judíos esperaban que estos fueran circuncidados. Por esto Pablo les dice en Romanos y aquí también que la circuncisión no trae salvación. Dice en Gálatas 5:6 “porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.” Y les exhorta en el versículo 1: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.” Si eres libre de la ley por Cristo, no te ates a aquellas cosas de las que has sido liberado. Este es el mensaje de Pablo a los gálatas y a nosotros también. Esto no es una licencia para que cada uno haga según le parezca, sino para recordar que nuestra salvación depende de Cristo, y es un regalo de gracia. El cristiano agradecido hace buenas obras, pero no para merecer favor, sino para mostrar y compartir aquello que ha recibido de Dios. Esto lo vemos en Gálatas 5:13-14, donde dice: “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Si somos libres para amar y hacer el bien, ejerzamos la libertad que Dios nos ha dado y dejemos que fluya hacia aquellos que nos rodean, hablando la verdad en amor, recibiendo la verdad con agradecimiento y haciendo el bien unos con otros.
    Played 6m 7s
  • Gálatas-116 Doble cara

    25 JUN 2024 · Doble cara  Como hemos podido ver la división étnica entre judíos y gentiles causaba división incluso entre los creyentes. Pablo había recibido la tarea de llevar el evangelio a los gentiles, mientras otros como Pedro estaban trabajando más de cerca con los judíos. Pedro, Jacobo y Juan habían entendido y defendían que los creyentes gentiles no tenían por qué circuncidarse o guardar la ley judía. En Hechos 15, en el concilio de Jerusalén, ya habían reconocido que los gentiles no tenían que seguir las leyes de higiene y alimentación de los judíos. Nos cuenta el capítulo dos de Gálatas que Pedro no tenía ningún problema en comer con los gentiles, pero parece ser que cuando estaba con judíos, evitaba ser visto sentado con los gentiles. Por este motivo Pablo tuvo que llamarle la atención, a pesar de que Pedro era respetado por muchos.  Así nos dice Pablo en Gálatas 2:11-14. “Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?” Esto que Pedro estaba haciendo, y en lo que le siguieron otros, incluído Bernabé, era tener una doble cara. Pedro no creía que los gentiles tuvieran que seguir la tradición judía; tampoco tenía ningún problema en incluir a aquellos a los que algunos consideraban “inmundos” cuando otros judíos no estaban presentes, pero cuando los judíos que él consideraba importantes entraron en escena, cambió su comportamiento para que no pensaran mal de él, y ya no se sentó con los gentiles a la mesa. Imagino cómo se habrían sentido estos cristianos; los que anteriormente habían comido con ellos ahora los evitaban y hacían como si no los conocieran. ¿Te ha pasado alguna vez? No es una experiencia agradable, pero sin duda deja muy claro que alguien busca la aprobación de alguna persona que no te tiene en alta estima. Pablo intervino en ese momento, haciendo algo que podría haber provocado un rechazo de parte de Pedro y de los judíos que ahí estaban. Sin embargo, gracias a Dios, Pedro reaccionó de forma correcta.  Lo sabemos porque más adelante, en su segunda carta, Pedro llama a Pablo “nuestro amado hermano” (3:15), no guardando rencor por la corrección del último de los apóstoles, como Pablo se llamaba a sí mismo.  Pablo sabía para quién vivía, y Pedro también, e igualmente nosotros podemos estar firmes en nuestra posición en Cristo. En Gálatas 2:20-21 Pablo afirma:  ”Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Lo que vivimos y cómo vivimos debe ir en armonía con lo que creemos en Cristo. Las tradiciones y preferencias de otros no deben interferir en nuestra vida cristiana. Hemos sido salvos por la fe en Cristo. En el versículo 21 dice Pablo:  “No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.” En el capítulo 3 pregunta: “Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?” “Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?” No olvidemos que no ganamos favor de Dios por nuestras obras. Recordemos en nuestro trato con otros que nuestra salvación y la de ellos es por gracia, y está fundamentada en la fe en Cristo, y el intercambio llevado a cabo en la cruz. El creyente debe obedecer los preceptos bíblicos respetando las diferencias de preferencias en asuntos donde la Biblia deja libertad para decidir según la dirección del Espíritu Santo. Que Dios nos dé sabiduría y amor para vivir una vida consistente con Su Palabra sin tener una doble cara dependiendo de aquellos con los que estemos en el momento. 
    Played 6m 16s
  • Gálatas-115 Carta a los Gálatas

    24 JUN 2024 · La carta a los Gálatas Pablo escribió la carta a los Gálatas en los años 50 después de Cristo, a los creyentes que habitaban en la región de Galacia. El apóstol trata tres temas, dos de los cuales trata también en la epístola a los Romanos o la de Corintios. Pablo defiende su apostolado, vuelve a presentar el evangelio, y se centra en el tema de la libertad cristiana. El tema principal de esta carta es la libertad que tenemos en Cristo. Para tratar este tema, el apóstol vuelve a presentar el evangelio de Jesucristo, por el cual obtenemos esta libertad. A través de la muerte de Cristo en la cruz, obtenemos la libertad del pecado, y como veíamos en Romanos 6 y 7, habiendo dejado atrás nuestras ataduras al pecado, somos libres para seguir y servir a Cristo. Esta es la base de nuestra libertad.  Cristo murió por mis pecados, pero visto de forma más personal, Cristo murió por mí. Como resultado de su muerte, tengo el privilegio de creer en él y ser rescatado. Y así lo quiso Dios. Puedo regocijarme en esta salvación y compartirla con otros. Esto es lo que Pablo estaba haciendo, y por ello estaba recibiendo críticas y ataques de todo tipo. Por esto es que una vez más, esta vez a los de la región de Galacia, debe explicar que él no ha elegido este trabajo para su propio beneficio, sino que Dios le había buscado, le había salvado, y por eso él compartía el evangelio. En Gálatas 1: dice “Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.” Recordemos que Pablo iba camino a detener a aquellos que habían creído en Cristo cuando Jesús apareció en su camino cambiando su vida y sus planes de vida, y enviándolo más tarde a compartir, especialmente con los gentiles el camino a la salvación.  Algunos cristianos judíos de la región de Galacia seguían insistiendo en que el cristianismo debía incluir las tradiciones judías, mas cuando Pablo recibió la misión de evangelizar a los gentiles quedaba claro que estos no necesitaban cumplir las tradiciones de la ley judía. Pedro, Jacobo, hermano de Jesús, y Juan lo reconocían así también. La salvación dependía únicamente de la fe en la obra de Cristo, y los judíos debían aceptar que los gentiles vivieran la vida cristiana libres de las tradiciones de la ley judía.  Asi, en los capítulos 1 y 2 de Gálatas, tras defender su apostolado, Pablo introduce los dos temas que desarrollará en el resto de la epístola: la salvación en Cristo, y la libertad que esta salvación nos ofrece. Pablo comparte su testimonio de salvación donde quiera que va, y aquí lo comparte de nuevo a los Gálatas Me encanta escuchar el testimonio de cada persona que ha conocido a Cristo como Salvador. Aunque los detalles son particulares a cada individuo, la salvación en Cristo marca sin duda un antes y un después en la vida de una persona. Si tú has tenido un encuentro personal con Dios, te animo a compartir con alguien cómo llegaste a ese momento y cómo ha cambiado tu forma de ver la vida. Puedes compartirlo también en el grupo de Facebook Reflejos de Su gloria si quieres animar a alguien con tu testimonio personal. Si estás viviendo en la libertad que la salvación te brinda, comparte con otros el gozo de servir al Señor. Que Dios te bendiga. 
    Played 5m 1s

Reflejos de su gloria es un programa que tiene como objetivo compartir las enseñanzas de las Escrituras, celebrando la gloria de Dios, con el deseo de reflejar su carácter con...

show more
Reflejos de su gloria es un programa que tiene como objetivo compartir las enseñanzas de las Escrituras, celebrando la gloria de Dios, con el deseo de reflejar su carácter con cada enseñanza.
show less
Contacts
Information

Looks like you don't have any active episode

Browse Spreaker Catalogue to discover great new content

Current

Podcast Cover

Looks like you don't have any episodes in your queue

Browse Spreaker Catalogue to discover great new content

Next Up

Episode Cover Episode Cover

It's so quiet here...

Time to discover new episodes!

Discover
Your Library
Search