2Reyes-089 Jehová puede darte mucho más que esto
May 12, 2023 ·
8m 46s
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En el capítulo 14 de 2 de Reyes y en 2 Crónicas 25 se complica un poco la cosa para reconocer a los reyes de Israel y Judá porque los...
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En el capítulo 14 de 2 de Reyes y en 2 Crónicas 25 se complica un poco la cosa para reconocer a los reyes de Israel y Judá porque los nombres son similares. Leímos cómo Joás, rey de Judá fue criado por el sacerdote Joiada y su familia, pero al final, cuando Joiada falleció, Joás escuchó el consejo de reyes y trató con desprecio a aquellos que habían sido buenos con él.
Para cuando Joás murió, Amasías su hijo tenía veinticinco años y llegó a ser rey de Judá durante veintinueve. Nos dice el texto que hizo lo correcto, pero no de corazón recto. Leemos que hizo justicia contra los que mataron a su padre, mas obedeció a Dios y no fue contra los hijos de estos hombres.
2 Crónicas 25 cuenta cómo un varón de Dios le habló avisándole para que no fuera a la guerra juntamente con Israel, ya que estos no estaban haciendo lo recto ante los ojos de Dios y Dios no lo prosperaría. Amasías, rey de Judá, había formado un ejército, y había pagado a soldados de Israel para salir con él a la guerra. Mas un varón de Dios le habló, avisándole de que si salía a la guerra con Israel, Dios no lo prosperaría. Pero Azarías había invertido dinero para contratar a los soldados. ¿Qué ocurriría con esa pérdida de dinero? Mas el profeta le contestó: “Jehová puede darte mucho más que esto.”
Para mí es un recordatorio de que cualquier cosa que tengamos que dejar a un lado para seguir al Señor no es demasiado, porque Dios puede darnos mucho más que lo que dejamos.
Amasías obedeció a Dios, y pidió a los soldados de Efraín que se marcharan a sus casas. Estos se enfadaron, porque los soldados, aparte del dinero que cobraban, podían quedarse con parte del botín si ganaban. Al mandarlos a casa, no podrían beneficiarse del botín de la batalla.
Así que estos mismos soldados, mientras Amasías y su ejército salieron a la batalla, fueron y atacaron varias ciudades de Judá y se quedaron con los despojos.
Y nos narra el texto que “volviendo luego Amasías de la batalla contra los edomitas, trajo también consigo los dioses de los hijos de Seir, y los puso ante sí por dioses, y los adoró, y les quemó incienso.
Una vez más. en lugar de agradecimiento y fidelidad a Dios, Amasías se hizo otros dioses, y cuando Dios le envió un varón que le amonestara, lo despreció y lo amenazó. E hizo planes Amasía para ir en batalla contra Joás, hijo de Jehú, el rey de Israel que tenía el mismo nombre que su difunto padre. Así fue a la guerra contra Israel.
A pesar de que el rey Joás de Israel había enviado a decirle a Amasías: “Tú dices: He aquí he derrotado a Edom; y tu corazón se enaltece para gloriarte. Quédate ahora en tu casa. ¿Para qué provocas un mal en que puedas caer tú y Judá contigo? Mas Amasías no quiso oír; porque era la voluntad de Dios, que los quería entregar en manos de sus enemigos, por cuanto habían buscado los dioses de Edom. (2 Crónicas 25:19-20).
Sin duda, Jehová podría haberle dado a Amasías mucho más que el dinero que había perdido, y podría haber sido su aliado infalible. Mas Amasías eligió su propio camino y sus propios aliados. Después de su muerte, Uzías, su hijo, al que también se le llama Azarías en Reyes, que tenía dieciséis años, fue proclamado rey. Uzías reinó 52 años en Judá, y fue un buen rey. Preparó a Judá para la guerra, sus ingenieros inventaron maquinaria para ataque y defensa, y su fama se difundió por lugares lejanos, mas nos dice el capítulo 26 de Crónicas que “cuando ya era fuerte, su corazón se enalteció para su ruina; porque se rebeló contra Jehová su Dios, entrando en el templo de Jehová para quemar incienso en el altar del incienso.” Eso no le pertenecía al rey.
El sacerdote, llamado Azarías, lo intentó parar, acompañado de ochenta sacerdotes de Jehová, varones valientes, advirtiéndole que solamente los sacerdotes, los descendientes de Aarón podían quemar incienso a Jehová. Le dijeron: “Sal del santuario, porque has prevaricado, y no te será para gloria delante de Jehová Dios.” Y nos cuenta el texto que “Uzías, teniendo en la mano un incensario para ofrecer incienso, se llenó de ira; y en su ira contra los sacerdotes, la lepra le brotó en la frente, delante de los sacerdotes en la casa de Jehová, junto al altar del incienso. Y le miró el sumo sacerdote Azarías, y todos los sacerdotes, y he aquí la lepra estaba en su frente; y le hicieron salir apresuradamente de aquel lugar; y él también se dio prisa a salir, porque Jehová lo había herido.”
Fue así como el rey fue leproso hasta el día de su muerte, con toda la humillación que esto conllevaba en su día. Así que, no siendo capaz de estar en público, su hijo Jotam “tuvo que hacerse cargo de la casa real, gobernando al pueblo de la tierra.” hasta que Uzías falleció y Jotam llegó a ser rey.
Una vez más, al leer la Palabra de Dios y estudiar estos personajes, la necesidad de confiar en Dios se hace más evidente. Joás hizo cosas buenas, pero fue cruel y despreció las bondades de la familia del sacerdote. Amasías su hijo hizo muchas cosas buenas, pero en su orgullo despreció el consejo de Jehová y buscó otros dioses a los cuales él pudiera controlar. De Uzías su hijo se nos dice también que hizo grandes cosas para el pueblo de Dios, mas se le subió el orgullo y acabó rebelándose contra Dios, traspasando barreras que Dios había dispuesto, y queriendo hacer aquello que Dios había preparado para otros.
De las debilidades de otros también se aprende, y yo quiero recordar que lo que Dios me da es bueno, y debo recibirlo con agradecimiento. Lo que él me quita o me pide que deje a una lado, lo debo soltar y descansar en la sabiduría de Dios. Y cualquier logro que Dios me permita tener, debo considerarlo como un regalo de Dios, y no dejar que se me suba a la cabeza, porque en la confianza en Dios y en la proclamación de su gloria es donde sus hijos pueden descansar. Recuerda el mensaje al rey Amasías: “Jehová puede darte mucho más que esto.” Descansa en Él.
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Para cuando Joás murió, Amasías su hijo tenía veinticinco años y llegó a ser rey de Judá durante veintinueve. Nos dice el texto que hizo lo correcto, pero no de corazón recto. Leemos que hizo justicia contra los que mataron a su padre, mas obedeció a Dios y no fue contra los hijos de estos hombres.
2 Crónicas 25 cuenta cómo un varón de Dios le habló avisándole para que no fuera a la guerra juntamente con Israel, ya que estos no estaban haciendo lo recto ante los ojos de Dios y Dios no lo prosperaría. Amasías, rey de Judá, había formado un ejército, y había pagado a soldados de Israel para salir con él a la guerra. Mas un varón de Dios le habló, avisándole de que si salía a la guerra con Israel, Dios no lo prosperaría. Pero Azarías había invertido dinero para contratar a los soldados. ¿Qué ocurriría con esa pérdida de dinero? Mas el profeta le contestó: “Jehová puede darte mucho más que esto.”
Para mí es un recordatorio de que cualquier cosa que tengamos que dejar a un lado para seguir al Señor no es demasiado, porque Dios puede darnos mucho más que lo que dejamos.
Amasías obedeció a Dios, y pidió a los soldados de Efraín que se marcharan a sus casas. Estos se enfadaron, porque los soldados, aparte del dinero que cobraban, podían quedarse con parte del botín si ganaban. Al mandarlos a casa, no podrían beneficiarse del botín de la batalla.
Así que estos mismos soldados, mientras Amasías y su ejército salieron a la batalla, fueron y atacaron varias ciudades de Judá y se quedaron con los despojos.
Y nos narra el texto que “volviendo luego Amasías de la batalla contra los edomitas, trajo también consigo los dioses de los hijos de Seir, y los puso ante sí por dioses, y los adoró, y les quemó incienso.
Una vez más. en lugar de agradecimiento y fidelidad a Dios, Amasías se hizo otros dioses, y cuando Dios le envió un varón que le amonestara, lo despreció y lo amenazó. E hizo planes Amasía para ir en batalla contra Joás, hijo de Jehú, el rey de Israel que tenía el mismo nombre que su difunto padre. Así fue a la guerra contra Israel.
A pesar de que el rey Joás de Israel había enviado a decirle a Amasías: “Tú dices: He aquí he derrotado a Edom; y tu corazón se enaltece para gloriarte. Quédate ahora en tu casa. ¿Para qué provocas un mal en que puedas caer tú y Judá contigo? Mas Amasías no quiso oír; porque era la voluntad de Dios, que los quería entregar en manos de sus enemigos, por cuanto habían buscado los dioses de Edom. (2 Crónicas 25:19-20).
Sin duda, Jehová podría haberle dado a Amasías mucho más que el dinero que había perdido, y podría haber sido su aliado infalible. Mas Amasías eligió su propio camino y sus propios aliados. Después de su muerte, Uzías, su hijo, al que también se le llama Azarías en Reyes, que tenía dieciséis años, fue proclamado rey. Uzías reinó 52 años en Judá, y fue un buen rey. Preparó a Judá para la guerra, sus ingenieros inventaron maquinaria para ataque y defensa, y su fama se difundió por lugares lejanos, mas nos dice el capítulo 26 de Crónicas que “cuando ya era fuerte, su corazón se enalteció para su ruina; porque se rebeló contra Jehová su Dios, entrando en el templo de Jehová para quemar incienso en el altar del incienso.” Eso no le pertenecía al rey.
El sacerdote, llamado Azarías, lo intentó parar, acompañado de ochenta sacerdotes de Jehová, varones valientes, advirtiéndole que solamente los sacerdotes, los descendientes de Aarón podían quemar incienso a Jehová. Le dijeron: “Sal del santuario, porque has prevaricado, y no te será para gloria delante de Jehová Dios.” Y nos cuenta el texto que “Uzías, teniendo en la mano un incensario para ofrecer incienso, se llenó de ira; y en su ira contra los sacerdotes, la lepra le brotó en la frente, delante de los sacerdotes en la casa de Jehová, junto al altar del incienso. Y le miró el sumo sacerdote Azarías, y todos los sacerdotes, y he aquí la lepra estaba en su frente; y le hicieron salir apresuradamente de aquel lugar; y él también se dio prisa a salir, porque Jehová lo había herido.”
Fue así como el rey fue leproso hasta el día de su muerte, con toda la humillación que esto conllevaba en su día. Así que, no siendo capaz de estar en público, su hijo Jotam “tuvo que hacerse cargo de la casa real, gobernando al pueblo de la tierra.” hasta que Uzías falleció y Jotam llegó a ser rey.
Una vez más, al leer la Palabra de Dios y estudiar estos personajes, la necesidad de confiar en Dios se hace más evidente. Joás hizo cosas buenas, pero fue cruel y despreció las bondades de la familia del sacerdote. Amasías su hijo hizo muchas cosas buenas, pero en su orgullo despreció el consejo de Jehová y buscó otros dioses a los cuales él pudiera controlar. De Uzías su hijo se nos dice también que hizo grandes cosas para el pueblo de Dios, mas se le subió el orgullo y acabó rebelándose contra Dios, traspasando barreras que Dios había dispuesto, y queriendo hacer aquello que Dios había preparado para otros.
De las debilidades de otros también se aprende, y yo quiero recordar que lo que Dios me da es bueno, y debo recibirlo con agradecimiento. Lo que él me quita o me pide que deje a una lado, lo debo soltar y descansar en la sabiduría de Dios. Y cualquier logro que Dios me permita tener, debo considerarlo como un regalo de Dios, y no dejar que se me suba a la cabeza, porque en la confianza en Dios y en la proclamación de su gloria es donde sus hijos pueden descansar. Recuerda el mensaje al rey Amasías: “Jehová puede darte mucho más que esto.” Descansa en Él.
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Author | David y Maribel |
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