Corintios-103 Sabiduría de salvación
Jun 6, 2024 ·
8m 19s
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Sabiduría de salvación El apóstol Pablo finaliza su primera carta a los Corintios atando los temas que ha tratado, animando a los creyentes a buscar el apoyo de los que...
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Sabiduría de salvación
El apóstol Pablo finaliza su primera carta a los Corintios atando los temas que ha tratado, animando a los creyentes a buscar el apoyo de los que están ahí para ayudarlos. Entre estos, encontramos a Timoteo, un joven predicador, a Estéfanas, Fortunato y Acaico. De estos tres últimos, Pablo dice: “confortaron mi espíritu y el vuestro; reconoced, pues, a tales personas.” (16:18)
Estos, al igual que Pablo, estaban ahí para ayudarlos a comprender el mensaje del evangelio y crecer en enseñanza y doctrina. Pablo cierra la carta con la exhortación de los versículos 13 y 14:
“Velad, estad firmes en la fe. Y “Todas vuestras cosas sean hechas con amor.”
Desde el comienzo de su carta, Pablo les había hablado de la palabra de la cruz, la cual dijo el apóstol, “es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.” (1:18) “ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, (sino que) agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.” Dice el apóstol. (1:21)
Es increíble cómo un mismo mensaje puede resultar ofensivo (o de locura) para unos, mas para los que lo reciben, llegar a ser una fuente de poder.
Y es que el poder del evangelio no reside en aquellos que lo hemos recibido, sino en el que lo ha dado. Porque Dios no elige a ninguno de nosotros en base a nuestras capacidades, sino que somos salvos por nuestra fe en la obra de Cristo. Y nos dice el texto en el 29 que esto lo hace para “que nadie se jacte.” “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.” (1:29-31 )
Este mensaje es el que la Biblia proclama de principio a fin. Hemos visto que Pablo habla de ello como un misterio, porque es increíble que un Dios Santo y Justo haya ideado la forma de proveer una salvación tan grande e inmerecida a nosotros los humanos, los cuales lo hemos rechazado desde el principio. En el capítulo 2 nos dice:
“Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria. Antes bien, como está escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido en corazón de hombre,
Son las que Dios ha preparado para los que le aman.” (2:7-9)
¿Puede un mensaje ser más fascinante que este? Dios dice: Si hubieran entendido el mensaje del evangelio, no habrían crucificado al Cristo, mas este tenía que morir para que nosotros pudiéramos disfrutar la salvación. Así que este fascinante misterio, inimaginable para la mente humana, ha sido preparado desde antes de la fundación del mundo.
Y Dios nos lo ha revelado a nosotros por el Espíritu (continúa Pablo); “porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.”
¿Eres capaz de apreciar el sacrificio de Cristo en la cruz? ¿Entiendes lo que su muerte y resurrección implican? Si has llegado a comprender esto, es gracias al Espíritu Santo de Dios.
La vida espiritual es posible solo gracias a la obra del Espíritu Santo en nuestro ser, y por ello debemos estar agradecidos.
Esta sabiduría que viene de lo alto nos permite apropiar el mensaje del evangelio y compartirlo con los demás. Para aquellos que recibiendo el mensaje no atienden a la llamada del Espíritu de Dios, como dice el apóstol, el mensaje les resultará locura. Pablo lo pone en estas palabras en el versículo 14::
“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.”
La sabiduría que Dios da nos permite ver el mundo como Dios lo ve. Esa es mi meta este año; eso es lo que le sigo pidiendo a Dios diariamente, porque lo más normal, lo carnal en mí, es ver las cosas desde mi propio punto de vista, o como el mundo las ve, porque es lo que nos viene naturalmente. Dice así el apóstol en el 3:18-19:
“Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: Él prende a los sabios en la astucia de ellos. Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.”
Quiero ser sabia, para salvación primeramente, recibiendo el mensaje por el Espíritu de Dios; mas quiero continuar en la sabiduría que es de Dios, teniendo la mente de Cristo, y viendo cada situación como Él la ve.
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El apóstol Pablo finaliza su primera carta a los Corintios atando los temas que ha tratado, animando a los creyentes a buscar el apoyo de los que están ahí para ayudarlos. Entre estos, encontramos a Timoteo, un joven predicador, a Estéfanas, Fortunato y Acaico. De estos tres últimos, Pablo dice: “confortaron mi espíritu y el vuestro; reconoced, pues, a tales personas.” (16:18)
Estos, al igual que Pablo, estaban ahí para ayudarlos a comprender el mensaje del evangelio y crecer en enseñanza y doctrina. Pablo cierra la carta con la exhortación de los versículos 13 y 14:
“Velad, estad firmes en la fe. Y “Todas vuestras cosas sean hechas con amor.”
Desde el comienzo de su carta, Pablo les había hablado de la palabra de la cruz, la cual dijo el apóstol, “es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.” (1:18) “ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, (sino que) agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.” Dice el apóstol. (1:21)
Es increíble cómo un mismo mensaje puede resultar ofensivo (o de locura) para unos, mas para los que lo reciben, llegar a ser una fuente de poder.
Y es que el poder del evangelio no reside en aquellos que lo hemos recibido, sino en el que lo ha dado. Porque Dios no elige a ninguno de nosotros en base a nuestras capacidades, sino que somos salvos por nuestra fe en la obra de Cristo. Y nos dice el texto en el 29 que esto lo hace para “que nadie se jacte.” “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.” (1:29-31 )
Este mensaje es el que la Biblia proclama de principio a fin. Hemos visto que Pablo habla de ello como un misterio, porque es increíble que un Dios Santo y Justo haya ideado la forma de proveer una salvación tan grande e inmerecida a nosotros los humanos, los cuales lo hemos rechazado desde el principio. En el capítulo 2 nos dice:
“Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria. Antes bien, como está escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido en corazón de hombre,
Son las que Dios ha preparado para los que le aman.” (2:7-9)
¿Puede un mensaje ser más fascinante que este? Dios dice: Si hubieran entendido el mensaje del evangelio, no habrían crucificado al Cristo, mas este tenía que morir para que nosotros pudiéramos disfrutar la salvación. Así que este fascinante misterio, inimaginable para la mente humana, ha sido preparado desde antes de la fundación del mundo.
Y Dios nos lo ha revelado a nosotros por el Espíritu (continúa Pablo); “porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.”
¿Eres capaz de apreciar el sacrificio de Cristo en la cruz? ¿Entiendes lo que su muerte y resurrección implican? Si has llegado a comprender esto, es gracias al Espíritu Santo de Dios.
La vida espiritual es posible solo gracias a la obra del Espíritu Santo en nuestro ser, y por ello debemos estar agradecidos.
Esta sabiduría que viene de lo alto nos permite apropiar el mensaje del evangelio y compartirlo con los demás. Para aquellos que recibiendo el mensaje no atienden a la llamada del Espíritu de Dios, como dice el apóstol, el mensaje les resultará locura. Pablo lo pone en estas palabras en el versículo 14::
“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.”
La sabiduría que Dios da nos permite ver el mundo como Dios lo ve. Esa es mi meta este año; eso es lo que le sigo pidiendo a Dios diariamente, porque lo más normal, lo carnal en mí, es ver las cosas desde mi propio punto de vista, o como el mundo las ve, porque es lo que nos viene naturalmente. Dice así el apóstol en el 3:18-19:
“Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: Él prende a los sabios en la astucia de ellos. Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.”
Quiero ser sabia, para salvación primeramente, recibiendo el mensaje por el Espíritu de Dios; mas quiero continuar en la sabiduría que es de Dios, teniendo la mente de Cristo, y viendo cada situación como Él la ve.
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Author | David y Maribel |
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