MelP_419-2Cron_33_12
Sep 28, 2020 ·
2m 30s
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Description
«Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres.» (2 Crónicas 33:12) La historia del largo reinado...
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«Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres.» (2 Crónicas 33:12)
La historia del largo reinado de Manasés sobre Judá es muy triste. Era el hijo del buen rey Ezequías. No obstante durante la mayoría de sus 55 años de reinado, se dedicó a deshacer todas las reformas espirituales que su padre había hecho. Dónde Ezequías había limpiado el templo quitando los altares de Jerusalén, Manasés volvió a introducir la idolatría, incluso colocando una imagen dentro del mismo templo de Jehová. Si un pecador mereciera la ira de Dios, era Manasés. Pero Dios tuvo misericordia de este rey idólatra, permitiendo que Manasés fuera llevado preso a Asiria. Ya lo sé, no suena muy misericordioso, ¿verdad? Pero mientras estaba allí, Manasés por fin se humilló ante Dios en arrepentimiento por su pecado y su vida fue transformada. Sin embargo, no puedo sino pensar que es una pena que Manasés no se hubiera humillado antes de encontrarse en angustias. Estoy seguro que tuvo que vivir con muchos remordimientos de todos los años que había malgastado en rebeldía contra Dios. Esta humildad que vemos al final de la vida de Manasés debe ser la condición continua de un verdadero hijo de Dios. Debemos saber que nuestro mayor enemigo es el orgullo de nuestro propio corazón y así venir diariamente ante Dios en humildad pidiendo que Él cumpla su voluntad en nosotros.
El secreto de no malgastar esta vida que Dios nos ha dado se encuentra en humillarnos diariamente ante la presencia de nuestro Dios. (David Bell)
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La historia del largo reinado de Manasés sobre Judá es muy triste. Era el hijo del buen rey Ezequías. No obstante durante la mayoría de sus 55 años de reinado, se dedicó a deshacer todas las reformas espirituales que su padre había hecho. Dónde Ezequías había limpiado el templo quitando los altares de Jerusalén, Manasés volvió a introducir la idolatría, incluso colocando una imagen dentro del mismo templo de Jehová. Si un pecador mereciera la ira de Dios, era Manasés. Pero Dios tuvo misericordia de este rey idólatra, permitiendo que Manasés fuera llevado preso a Asiria. Ya lo sé, no suena muy misericordioso, ¿verdad? Pero mientras estaba allí, Manasés por fin se humilló ante Dios en arrepentimiento por su pecado y su vida fue transformada. Sin embargo, no puedo sino pensar que es una pena que Manasés no se hubiera humillado antes de encontrarse en angustias. Estoy seguro que tuvo que vivir con muchos remordimientos de todos los años que había malgastado en rebeldía contra Dios. Esta humildad que vemos al final de la vida de Manasés debe ser la condición continua de un verdadero hijo de Dios. Debemos saber que nuestro mayor enemigo es el orgullo de nuestro propio corazón y así venir diariamente ante Dios en humildad pidiendo que Él cumpla su voluntad en nosotros.
El secreto de no malgastar esta vida que Dios nos ha dado se encuentra en humillarnos diariamente ante la presencia de nuestro Dios. (David Bell)
Information
Author | David y Maribel |
Organization | David y Maribel |
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