MelP_479-Genesis_49_7
Jan 16, 2024 ·
2m 30s
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Description
«Maldito su furor, que fue fiero; Y su ira, que fue dura. Yo los apartaré en Jacob, Y los esparciré en Israel.» (Génesis 49:7) Cuando el anciano Jacob se dispuso...
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«Maldito su furor, que fue fiero; Y su ira, que fue dura. Yo los apartaré en Jacob, Y los esparciré en Israel.» (Génesis 49:7)
Cuando el anciano Jacob se dispuso a bendecir a sus doce hijos en Egipto, no todo lo que salió de su boca era bendición. De hecho, los primero tres hijos recibieron condenación de su padre. En este versículo leemos del furor y de la ira de Simeón y Leví, los autores de la masacre de Siquem en venganza por la violación de su hermana, Dina. Jacob promete que estas dos tribus serán apartadas y esparcidas por Israel. Cuando llegamos a la conquista y el repartimiento de la tierra prometida en el libro de Josué, la tribu de Simeón es tan insignificante que sólo recibe varias ciudades cercanas al territorio de Judá y después de pocas generaciones, las familias efectivamente se habían esparcido por toda la nación. Pero el caso de Leví es diferente. Fueron elegidos por Dios como sacerdotes y por tanto habitaron entre todas las tribus para ejercer el ministerio del sacerdocio. O sea, la maldiciendo de una tribu, con el tiempo, se convirtió en bendición cuando se entregaron a Dios para hacer su voluntad. Hay consecuencias que vienen a nuestras vidas como el resultado de nuestras decisiones pecaminosas. Pero si nos arrepentimos y nos sometemos a Dios en obediencia a su voluntad, Dios incluso puede convertirlas en bendición.
Si estamos dispuestos a someternos a Dios y seguirle de todo corazón, abrimos la puerta a la misericordia y la gracia de nuestro Dios. (David Bell)
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Cuando el anciano Jacob se dispuso a bendecir a sus doce hijos en Egipto, no todo lo que salió de su boca era bendición. De hecho, los primero tres hijos recibieron condenación de su padre. En este versículo leemos del furor y de la ira de Simeón y Leví, los autores de la masacre de Siquem en venganza por la violación de su hermana, Dina. Jacob promete que estas dos tribus serán apartadas y esparcidas por Israel. Cuando llegamos a la conquista y el repartimiento de la tierra prometida en el libro de Josué, la tribu de Simeón es tan insignificante que sólo recibe varias ciudades cercanas al territorio de Judá y después de pocas generaciones, las familias efectivamente se habían esparcido por toda la nación. Pero el caso de Leví es diferente. Fueron elegidos por Dios como sacerdotes y por tanto habitaron entre todas las tribus para ejercer el ministerio del sacerdocio. O sea, la maldiciendo de una tribu, con el tiempo, se convirtió en bendición cuando se entregaron a Dios para hacer su voluntad. Hay consecuencias que vienen a nuestras vidas como el resultado de nuestras decisiones pecaminosas. Pero si nos arrepentimos y nos sometemos a Dios en obediencia a su voluntad, Dios incluso puede convertirlas en bendición.
Si estamos dispuestos a someternos a Dios y seguirle de todo corazón, abrimos la puerta a la misericordia y la gracia de nuestro Dios. (David Bell)
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Author | David y Maribel |
Organization | David y Maribel |
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