MelP_549-2Reyes_6_17
May 16, 2024 ·
2m 30s
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Description
«Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el...
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«Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.» (2 Reyes 6:17)
Cuando el rey de Siria decidió que quería acabar con el profeta Eliseo, mandó a sus tropas a sitiar la ciudad de Dotán donde vivía Eliseo. Cuando se levantó el siervo del profeta por la mañana y vio el ejército sirio que rodeaba la cuidad, creía que había llegado su fin. Pero el profeta de Dios calmadamente le dice que las huestes que están a su favor suman más que los ejércitos de los sirios. Seguro que el siervo le miró con una cara de incredulidad, creyendo que se había vuelto loco. Con una simple oración, Elíseo pidió que Dios le abriera los ojos para que pudiera ver de verdad. De repente el miedo del siervo se convirtió en confianza cuando vio el monte lleno de soldados y carros de fuego. Lo que hace un momento le parecía una situación imposible ahora veía con ojos diferentes. Con sus propios ojos contemplaba lo que el profeta había visto por los ojos espirituales de la fe. Por eso Elíseo pudo hablar con tanta tranquilidad rodeado del ejército sirio.
Muchas veces nos vamos a encontrar en medio de situaciones que parecen imposibles y nuestra primera reacción será la del siervo del profeta. Sigamos confiando en Dios, recordando que no nos ha abandonado Dios y que o nos rescatará de la prueba o nos dará la fuerza y la gracia que necesitamos para aguantar las dificultades. Pero de una manera o de otra, Dios jamás nos abandonará. (David Bell)
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Cuando el rey de Siria decidió que quería acabar con el profeta Eliseo, mandó a sus tropas a sitiar la ciudad de Dotán donde vivía Eliseo. Cuando se levantó el siervo del profeta por la mañana y vio el ejército sirio que rodeaba la cuidad, creía que había llegado su fin. Pero el profeta de Dios calmadamente le dice que las huestes que están a su favor suman más que los ejércitos de los sirios. Seguro que el siervo le miró con una cara de incredulidad, creyendo que se había vuelto loco. Con una simple oración, Elíseo pidió que Dios le abriera los ojos para que pudiera ver de verdad. De repente el miedo del siervo se convirtió en confianza cuando vio el monte lleno de soldados y carros de fuego. Lo que hace un momento le parecía una situación imposible ahora veía con ojos diferentes. Con sus propios ojos contemplaba lo que el profeta había visto por los ojos espirituales de la fe. Por eso Elíseo pudo hablar con tanta tranquilidad rodeado del ejército sirio.
Muchas veces nos vamos a encontrar en medio de situaciones que parecen imposibles y nuestra primera reacción será la del siervo del profeta. Sigamos confiando en Dios, recordando que no nos ha abandonado Dios y que o nos rescatará de la prueba o nos dará la fuerza y la gracia que necesitamos para aguantar las dificultades. Pero de una manera o de otra, Dios jamás nos abandonará. (David Bell)
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Author | David y Maribel |
Organization | David y Maribel |
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