RG-35 La ansiedad
Aug 30, 2024 ·
6m 20s
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Para concluir nuestro estudio del fruto del Espíritu, quisiera que viéramos cómo la ansiedad nos roba la paz que el Espíritu quiere producir en nosotros. Cristo ha hecho posible la...
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Para concluir nuestro estudio del fruto del Espíritu, quisiera que viéramos cómo la ansiedad nos roba la paz que el Espíritu quiere producir en nosotros.
Cristo ha hecho posible la paz para el ser humano. Efesios 2:13 y 14 nos dice que “ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz”. La paz interior se hace posible por la obra redentora de Cristo en la cruz. El arrepentimiento personal y la fe resulta en el perdón de pecados y una paz que sobrepasa todo entendimiento humano.
Entonces, ¿por qué nos sentimos ansiosas, con dudas o con temor? ¿Puede que sea porque miramos a nuestro alrededor en lugar de mirar a Cristo?Al igual que sucede con la duda y el temor, la solución ante la ansiedad es mirar a Cristo.
Hebreos 12:2-3 nos muestra cómo correr la carrera de la fe: “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe,” Y nos dice “Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.”
Si no queremos desmayar, consideremos a Cristo.
Filipenses 4:6 nos dice: “Por nada estéis afanosos,”
Puede que pienses, “es fácil decir esto, pero tú no conoces mi situación.”
Te recuerdo que Pablo estaba encarcelado en Roma cuando escribió esta carta, y no por ser un malhechor, sino por predicar el evangelio.
Pablo continúa dando la solución para la ansiedad. Nos dice que en lugar de afanarnos, vayamos a Dios en oración: “sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” ¿Tienes ansiedad? Para, ora y alaba.
¿Y cuál es el resultado de esto? Continúa diciendo: “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
La paz de Dios es capaz de transformar nuestros pensamientos, si no insistimos en llevar nosotros nuestras cargas. 1 Pedro 5:7 nos dice cómo desprendernos del peso que no nos permite correr, “echando toda nuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de nosotros.”
¿Tienes en tu vida circunstancias que te crean ansiedad? ¿Te preguntas cómo llegarás a fin de mes? Lucas 12- dice: “No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido. Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?
En Lucas 12:29 dice Jesús: “Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud.
Antes bien “buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.“ Busca a Dios primeramente, trabaja fielmente, y vé cómo Dios provee.
Quizás tienes una situación en tu vida que consideras imposible de cambiar. A esto dice Jesús en Lucas: “¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un codo? Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás? ¿Es tu problema imposible para ti? Déjalo en manos de Dios.
Puede que tu problema venga porque tienes personas que te roban la paz? Deja de pelear en tus propias fuerzas; lleva tus batallas al Señor y pídele que lleve Él tus cargas. Te sorprenderá cómo trae paz a tu alma y tiene cuidado de ti. Proverbios 16:7 dice que “Cuando los caminos del hombre son agradables a Dios, Aun a sus enemigos hace estar en paz con él.”
¿Por qué no lo pruebas? Dale a Dios tu situación. Deja a sus pies todo lo que te afana, y comienza a disfrutar el regalo de paz que Él ya te ha dado.
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Cristo ha hecho posible la paz para el ser humano. Efesios 2:13 y 14 nos dice que “ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz”. La paz interior se hace posible por la obra redentora de Cristo en la cruz. El arrepentimiento personal y la fe resulta en el perdón de pecados y una paz que sobrepasa todo entendimiento humano.
Entonces, ¿por qué nos sentimos ansiosas, con dudas o con temor? ¿Puede que sea porque miramos a nuestro alrededor en lugar de mirar a Cristo?Al igual que sucede con la duda y el temor, la solución ante la ansiedad es mirar a Cristo.
Hebreos 12:2-3 nos muestra cómo correr la carrera de la fe: “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe,” Y nos dice “Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.”
Si no queremos desmayar, consideremos a Cristo.
Filipenses 4:6 nos dice: “Por nada estéis afanosos,”
Puede que pienses, “es fácil decir esto, pero tú no conoces mi situación.”
Te recuerdo que Pablo estaba encarcelado en Roma cuando escribió esta carta, y no por ser un malhechor, sino por predicar el evangelio.
Pablo continúa dando la solución para la ansiedad. Nos dice que en lugar de afanarnos, vayamos a Dios en oración: “sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” ¿Tienes ansiedad? Para, ora y alaba.
¿Y cuál es el resultado de esto? Continúa diciendo: “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
La paz de Dios es capaz de transformar nuestros pensamientos, si no insistimos en llevar nosotros nuestras cargas. 1 Pedro 5:7 nos dice cómo desprendernos del peso que no nos permite correr, “echando toda nuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de nosotros.”
¿Tienes en tu vida circunstancias que te crean ansiedad? ¿Te preguntas cómo llegarás a fin de mes? Lucas 12- dice: “No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido. Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?
En Lucas 12:29 dice Jesús: “Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud.
Antes bien “buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.“ Busca a Dios primeramente, trabaja fielmente, y vé cómo Dios provee.
Quizás tienes una situación en tu vida que consideras imposible de cambiar. A esto dice Jesús en Lucas: “¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un codo? Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás? ¿Es tu problema imposible para ti? Déjalo en manos de Dios.
Puede que tu problema venga porque tienes personas que te roban la paz? Deja de pelear en tus propias fuerzas; lleva tus batallas al Señor y pídele que lleve Él tus cargas. Te sorprenderá cómo trae paz a tu alma y tiene cuidado de ti. Proverbios 16:7 dice que “Cuando los caminos del hombre son agradables a Dios, Aun a sus enemigos hace estar en paz con él.”
¿Por qué no lo pruebas? Dale a Dios tu situación. Deja a sus pies todo lo que te afana, y comienza a disfrutar el regalo de paz que Él ya te ha dado.
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Author | David y Maribel |
Organization | David y Maribel |
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