Tesalonicenses-135 Como ladrón en la noche
Sep 23, 2024 ·
5m 41s
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Description
Como ladrón en la noche El mensaje de Tesalonicenses es evidente cuando leemos las cartas. El Señor Jesús vuelve, y su venida es segura e inminente. Un evento inminente es...
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Como ladrón en la noche
El mensaje de Tesalonicenses es evidente cuando leemos las cartas. El Señor Jesús vuelve, y su venida es segura e inminente. Un evento inminente es uno del que no se sabe el día ni la hora, pero se sabe que está por ocurrir. Así es la venida de Cristo. Pablo advierte a los tesalonicenses que Cristo vendrá como ladrón en la noche. Cuando el ladrón viene, no anuncia su llegada. Así Cristo, aunque sin duda no viene con las intenciones de un ladrón, sí vendrá sin aviso. El anuncio ya está hecho, y nosotros debemos anticipar su venida, estando preparados para que cuando ocurra, no tengamos que estar avergonzados ni sorprendidos.
Dice Pablo en 1 Tesalonicenses 5:1-6
“Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.”
Cuando Cristo venga, como leemos en 2 Tesalonicenses 1, él traerá la retribución justa para cada uno. Nosotros no podemos hacer justicia perfecta aquí en la tierra, pero el Dios justo traerá justicia, como nos dice el texto: “Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder.”
Este texto deja bien claro el fin de cada persona en la Tierra. Aquellos que confían en Cristo para salvación estarán eternamente en la presencia del Señor, y aquellos que han rechazado a Dios serán excluidos. Y esto, como dice el versículo 12, “para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado.”
“El día del Señor está cerca” nos dice el versículo 2 del capítulo 2, pero Dios espera con paciencia a aquellos que aún han de creer en Él. Es la iglesia de Cristo y el Espíritu Santo que en nosotros habita que hace que los eventos del fin no hayan venido ya. 2 Pedro 3:9 nos dice que Dios es paciente, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento.
Vivamos conscientes de estas verdades. No tomemos a la ligera el tiempo que tenemos y las oportunidades de traer gloria al nombre de Dios aquí en la Tierra, porque los días son cortos, y no somos ignorantes del futuro que está por venir.
Pablo concluye en el capítulo 2: 15-17:
“Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra. Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.”
El Señor viene pronto. Que vivamos esta vida plenamente, con el deseo de ver su rostro, en las palabras del apóstol Juan, diciendo: “Ven, Señor Jesús!
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El mensaje de Tesalonicenses es evidente cuando leemos las cartas. El Señor Jesús vuelve, y su venida es segura e inminente. Un evento inminente es uno del que no se sabe el día ni la hora, pero se sabe que está por ocurrir. Así es la venida de Cristo. Pablo advierte a los tesalonicenses que Cristo vendrá como ladrón en la noche. Cuando el ladrón viene, no anuncia su llegada. Así Cristo, aunque sin duda no viene con las intenciones de un ladrón, sí vendrá sin aviso. El anuncio ya está hecho, y nosotros debemos anticipar su venida, estando preparados para que cuando ocurra, no tengamos que estar avergonzados ni sorprendidos.
Dice Pablo en 1 Tesalonicenses 5:1-6
“Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.”
Cuando Cristo venga, como leemos en 2 Tesalonicenses 1, él traerá la retribución justa para cada uno. Nosotros no podemos hacer justicia perfecta aquí en la tierra, pero el Dios justo traerá justicia, como nos dice el texto: “Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder.”
Este texto deja bien claro el fin de cada persona en la Tierra. Aquellos que confían en Cristo para salvación estarán eternamente en la presencia del Señor, y aquellos que han rechazado a Dios serán excluidos. Y esto, como dice el versículo 12, “para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado.”
“El día del Señor está cerca” nos dice el versículo 2 del capítulo 2, pero Dios espera con paciencia a aquellos que aún han de creer en Él. Es la iglesia de Cristo y el Espíritu Santo que en nosotros habita que hace que los eventos del fin no hayan venido ya. 2 Pedro 3:9 nos dice que Dios es paciente, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento.
Vivamos conscientes de estas verdades. No tomemos a la ligera el tiempo que tenemos y las oportunidades de traer gloria al nombre de Dios aquí en la Tierra, porque los días son cortos, y no somos ignorantes del futuro que está por venir.
Pablo concluye en el capítulo 2: 15-17:
“Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra. Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.”
El Señor viene pronto. Que vivamos esta vida plenamente, con el deseo de ver su rostro, en las palabras del apóstol Juan, diciendo: “Ven, Señor Jesús!
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Author | David y Maribel |
Organization | David y Maribel |
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